El niño como víctima

Unos padres que mataron de hambre en Londres a un niño de 11 meses acaban de ser condenados a 10 y 7 años, respectivamente, de cárcel. El caso de Dean Scott es el último en la larguísima lista de malos tratos infligidos a niños en el Reino Unido, donde cada semana mueren no menos de cuatro de ellos como consecuencia de agresiones. Los casos de dejadez en la atención a los críos ascienden a millares, aunque más dramática es la cifra de los que: sufren abusos sexuales: 7.119 el año pasado. En Cleveland, en el norte de Inglaterra, un caso de presuntos abusos sexuales ha puesto en tela de juicio una técnica de detección de estas agresiones, enfrentando además a médicos y padres.

"Casos como éste de Dean Scott son un estremecedor- recuerdo de las horrorosas consecuencias del abandono y las agresiones que padecen los niños", dice Alan Gilmour, director de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad sobre los Niños (NSPCC). Los padres de Dean y Michael, de dos años, tenían a los niños abandonados en un piso lleno de basura, sin darles de comer, mientras al perro de la familia no le faltaba nada. Cuando las autoridades entraron en el domicilio, lo único comestible que encontraron fueron cuatro latas de comida para perros. La autopsia de Dean mostró que el niño se había comido parte de un pañal.Frederick Scott, de 38 años guarda jurado, tendrá que pasar 10 años en la cárcel, mientras su compañera, Susan Poole, de 21, ha sido condenada a siete años. "La agonía sufrida por estos niños es superior a lo que se puede aguantar", dijo el juez al dictar sentencia.

Dean Scott fue víctima de sus padres y de la incompetencia burocrática. Su nombre viene a sumarse a los de Maria Cowell, Tyra Henry, JasmineBeckford y Kimberly Carlile, que murieron como consecuencia de horrendas y repetidas agresiones. Tales casos suscitaron investigaciones para intentar explicar el por qué se habían alcanzado tales extremos sin que las autoridades pertinentes intervinieran y cómo podrían haberse evitado esas muertes. En 15 años ha habido más de 30 de estas investigaciones, pero sus recomendaciones son insuficientes para evitar el mal, que el Gobierno pretende atajar con la próxima presentación de un nuevo reglamento para la protección infantil.

10.000 casos

La NSPCC tiene pruebas de 200 muertes de niños en 1986, aunque un comité parlamentario sobre la materia estima que la cifra podría ascender a 300. El año pasado, la misma sociedad tuvo conocimiento de más de 10.000 casos de dejadez y abandono de niños.Miles de niños, además, son objeto de abusos sexuales. Los más de 7.000 casos registrados en 1987 suponen un incremento del 21% sobre el año anterior, aunque los expertos consideran que ese salto sólo muestra que se denuncian más casos, no que crezca el número de agresiones.

El prestigioso MORI, una firma de investigación demoscópica encontró en 1984 que el 10% de los encuestados en Gran Bretaña respondieron afirmativamante al ser preguntados si de niños habían recibido agresiones sexuales entendidas de esa manera.

La psicosis de abuso sexual a menores en Gran Bretaña es rampante, y en ocasiones; las denuncias han provocado terremotos como el registrado en Cleveland, cerca de Escocia, donde los doctores Marietta Higgs y Geoffrey Wyatt detectaron en la primera mitad. del año pasado 121 presuntos casos de abusos sexuales a menores. Estos diagnósticos provocaron sensación en el país. Ambos doctores fueron apartados de sus funciones, acusados de haberse excedido en sus atribuciones y de haber perdido la cabeza. La subsiguiente investigación judicial sobre el caso va a hacerse pública el día 6, y de las filtraciones habidas se deduce que no va a haber un dictamen taxativo en uno u otro sentido.

En poco tiempo ambos saturaron el hospital de Middelsbrough con niños que daban positivo. Algunos chavales negaron haber sido objeto de asaltos sexuales, pero eran incapaces de convencer a los celosos pediatras. "Si ellos lo dicen es que habré sido asaltado", dijo una de las vctimas.

Pederastas

A los padres les cayó encima, de la noche a la mañana, el sambenito de pederastas, y muchos no han podido superar las consecuencias. La investigación judicial servirá para poner los puntos sobre la íes, pero para algunos llega tarde. La mayoría de los niños están ya en casa, y hay familias que quieren mudarse de ciudad y de trabajo para huir del espectro de la infamia. Parte de los afectados, lanzan acusaciones negligencia, de haberse excedido en sus atribuciones al examinar a los niños y de obligar a la separación de la familia.El aparente fiasco de este caso hace temer a quienes luchan contra al abuso sexual a menores que vayan a producirse menos denuncias por temor a cometer errores.