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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Novedades de Moscú

LA NOVEDAD más destacada del discurso que Mijail Gorbachov pronunció ayer en la apertura de la conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética es su propuesta de reforma del sistema de poder vigente en la URS S desde casi su nacimiento. Hasta ahora, el poder del partido comunista sobre las instituciones del Estado ha sido absoluto y los órganos formalmente elegidos han servido poco más que para refrendar decisiones ya tomadas. El propósito de Gorbachov, quien reconoció en su discurso que el pueblo hasta ahora sólo ha podido "obedecer las órdenes y directivas de arriba", es el de superar esa situación creando una estructura estatal en la que órganos elegidos ejerzan poderes reales y designen los principales cargos para la gobernación del país.Algunos puntos de la intervención del secretario general del PCUS supondrían, de ser aprobados, una importante reforma constitucional, como ese "congreso de diputados populares de la URSS", formado por unas 1.500 personas, que se reuniría una vez al año y elegiría el Soviet Supremo. Gorbachov se inclina hacia un sistema presidencial: el Soviet Supremo nombraría a su presidente, que sería a la vez, como ocurre ahora, jefe del Estado. La novedad consiste en que para ese cargo sería propuesto el secretario general del partido. Esa fusión de los dos cargos, con la que se corre el riesgo de perpetuar el viejo sistema -como en los casos de Honecker, en la RDA, o Jivkov, en Bulgaria-, parece destinada, en las intenciones de Gorbachov, a devolver a la más alta instancia del Estado el protagonismo político que tiene en otros sistemas y a evitar que el líder máximo tenga que depender del partido cuando ejerza como máxima autoridad de la gobernación del país. Ya no estaría, por ejemplo, a merced de un voto del buró político. Por otro lado, la reforma tiende a reforzar la actividad y funciones del Soviet Supremo, acercándolas a las de los Parlamentos occidentales.

Al propugnar esta nueva estructura del Estado, Gorbachov insistió en que las elecciones deben hacerse con varias candidaturas y con voto secreto. Numerosas experiencias demuestran que la diversidad de candidaturas, por sí misma, no asegura un avance de la democratización. Lo decisivo es que exista libertad de opiniones y de debate y que a la sociedad se le presenten diversas opciones reales. Los avances que en ese sentido ha hecho la URS S -aun sin tocar al monopolio del PCUS- han sido considerables. Hoy se exponen en la Prensa ideas, incluso por personas que están dentro del sistema, que hace poco tiempo eran delictivas y llevaban a la cárcel.

Gorbachov se ha manifestado en contra de la creación de "partidos de oposición", pero ha aceptado que existan movimientos populares amplios de apoyo de la perestroika. Los hechos demuestran que, incluso sin poner en discusión el monopartidismo vigente, se pueden desarrollar formas de pluralismo ideológico y político que logran ya ejercer una influencia social apreciable. Es más, Gorbachov recibe mayor apoyo de esos sectores que se expresan directamente desde la sociedad que de las organizaciones del partido, en gran parte controladas por elementos conservadores. Por ello, convertir en realidad la tesis de que el partido abandone un papel directamente gobernante es hoy esencial. Las resistencias de una estructura "osificada" -Gorbachov dixit- y con poderosos intereses creados sólo podrán ser vencidas si se pluraliza el debate y si cobran fuerza en diversas esferas de la sociedad actividades políticas independientes.

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