Peligros para Turquía

El frustrado intento de asesinato del primer ministro turco, Turgut Ozal, está aún lejos de ser aclarado en sus motivos y circunstancias. La teoría de que fue una conspiración es plausible, pero faltan los datos que la confirmen. Lo que resulta obvio es que, de no haber fallado, el asesinato hubiera supuesto mucho más que una tragedia personal.El avance democrático en Turquía se ha logrado con una Constitución que considera ilegal al partido comunista, pero el asesinato de Ozal hubiera hecho inevitable una intervención militar y, con ella, la destrucción de todos los logros democráticos. Aunque no es insignificante que todavía haya denuncias sobre violación de los derechos humanos en el país, hay que valorar la importancia que tienen las instituciones democráticas turcas en medio de enormes dificultades políticas internas.

Es cierto que hay pocas razones para prohibir el comunismo en Turquía, como país democrático que es. En todo caso, condicionar la entrada de Turquia en la CE a la existencia de libertades en el país es una falacia. La actual campaña en contra de la entrada de Turquía en la CE está basada en el racismo y la xenofobia que se extiende por toda Europa y en el proteccionismo económico. La seguridad interna es vital para Turquía, y en idéntica medida para Occidente, en cuya defensa juega un papel clave. El intento de asesinato de Ozal es un serio recordatorio de lo precaria de dicha seguridad.

, 23 de junio