El arte contemporáneo confluye en Venecia

A partir del próximo domingo, fecha de la inauguración oficial, y hasta el próximo 25 de septiembre, permanecerá abierta la 43ª edición de la Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, la institución de este tipo más antigua del mundo y una de las citas obligadas para conocer la situación del arte actual. La Bienal de 1988 no se limita a exhibir lo que discrecionalmente cada país selecciona por conducto oficial, sino que incorpora otras muestras complementarias, entre las que destaca la denominada Aperto 88, una selección del arte joven internacional llevada a cabo por un comité crítico formado por profesionales de prestigio de diversos países.

En los 42 pabellones nacionales de carácter oficial, sitos en el tradicional emplazamiento de los Giardini di Castello, expondrán artistas de 50 países diferentes, pues hay uno -el del Instituto Italo Latino Americano- que acoge la representación de ocho países latinoamericanos. Esta parte, que es la verdaderamente histórica dentro de la Bienal, suele caracterizarse por su desigualdad, ya que es privilegio de cada país seleccionar y montar su correspondiente pabellón, a través del comisario oficial que designa al respecto. Por eso, con una representación de medio centenar de países, entre los que están tanto las democracias occidentales como los países de la Europa del Este, así como un nutrida participación de los del Tercer Mundo, no puede haber homogeneidad ni en el contenido ni en la calidad.

Contenido monográfico

No obstante, ya se puede anunciar que la tónica de los pabellones oficiales en esta edición repite pautas de años anteriores, como, por ejemplo, la tendencia general de los pertenecientes a las democracias occidentales a dar un contenido monográfico y a seleccionar sólo a uno o dos artistas, que además, en la mayoría de los casos, son figuras emblemáticas de sus respectivas vanguardias. En este sentido, el pabellón norteamericano, con Jaspers Johns, es, sin duda, la estrella de esta edición. Junto a él, merecen, en principio, destacarse los de Austria (S. Anzinger), Francia (C. Viallat), Reino Unido (T. Cragg), Suiza (M. Raetz), Argentina (R. Macció) y, naturalmente, España, que en esta ocasión, con el tema común de la escultura, combina una figura clásica de nuestra vanguardia, la del escultor vasco Jorge Oteiza, con la joven escultora catalana Susana Solano, una de las estrellas internacionales de nuestro nuevo arte.En Aperto 88, cuya selección en esta ocasión ha correspondido a un comité internacional de cinco especialistas -la holandesa S. Bos, el norteamericano D. Cameron, el japonés F. Nanjo y el austriaco D. Ronte-, se exhibirán 86 artistas jóvenes procedentes de 25 países diferentes, entre los que, por segunda vez en la historia de Aperto, han sido elegidos tres españoles -los pintores Juan Carlos Savater y Federico Guzmán y el escultor Ricardo Cotanda, un vasco, un sevillano y un valenciano

Esperanzador

En el anterior Aperto, el de 1986, se produjo, por primera vez des de que se creó esta muestra, en 1980, una presencia española, pero entonces era algo casi obli gado, dada la participación de un especialista de nuestro país en el comité seleccionador. Este año, sin embargo, no ha sido así, y por tanto, que haya artistas españoles, sin ningún tipo de media ción por nuestra parte, es un dato significativamente esperan zador.