90 minutos para pensar en el futuro
La deuda externa, las subvenciones agrícolas y las palmadas en la espalda por lo bien que va todo, dejaron paso ayer en Toronto a 90 minutos de reflexión sobre qué tipo de ciudadanos están formando estas sociedades de la abundancia. La idea fue del primer ministro canadiense, Brian Mulroney, y es la primera vez en la historia de las cumbres económicas que los siete piensan juntos sobre el futuro en una discusión abierta, sin guión previo.Sentados alrededor de la pequena mesa octogonal de madera de arce -sólo tres metros de diámetro, diseñada por los canadienses para aumentar la familiaridad-, los líderes de los países superindustrializados centraron su discusión sobre cómo mejorar el nivel de la educación que reciben sus ciudadanos. Primero admitieron, sobre todo Estados Unidos y Canadá, que en bastantes casos están formando analfabetos funcionales, mal leídos e incapaces de escribir bien.
Estas deficiencias tienen, en opinilon de los siete, un coste evidente para la sociedad en pérdida de competitividad y de productividad. El presidente francés, François Mitterrand, lirisistió en la importancia que concederá a la educación en su segundo septenato. En EE UU, la necesidad urgente de elevar el nivel del sistema educativo se ha convertido en una cuestiones prioritarias en la campaña presidencial.
Los problemas de la progresiva degradación del medio ambiente y sus costes sociales, y eventualmente económicos, también fueron tratados en la reunión.
Los siete realizan sus sesiones de trabajo en una mesa octogonal, en el sótano superseguro del Centro de Convenciones de Toronto. Tienen a sus espaldas, a unos metros de distancia, en la misma sala, otros solete módulos de alta tecnología, con ordenadores conectados a bancos de datos y a sus expertos gubernamentales, manejados por asesores a los que pueden solicitar en todo momento cualquier dato.
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