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CITA EN CANADÁ

El temor a una subida de los tipos de interés enturbia el comienzo de la 'cumbre' de Toronto

ENVIADO ESPECIALEl temor de los mercados financieros a que la República Federal de Alemania y el Reino Unido recurran en los próximos días a subir sus tipos de interés, a fin de recuperar el control de la lucha contra la inflación, enturbió ayer el ambiente general de optimismo con el que comenzó la cumbre de los jefes de Estado o Gobierno de las siete potencias industriales del mundo occidental, abierta en Toronto entre extraordinarias medidas de seguridad tras la detención el sábado de un supuesto simpatizante del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

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Margaret Thatcher, primera ministra británica, fue expresamente encargada de dirigir el primer encuentro de trabajo de los siete líderes, que, en una excepción al tradicional protocolo de otras cumbres, tuvo lugar dos horas antes de la habitual cena de bienvenida que el país anfitrión ofrece a sus invitados. El objetivo de la sesión de trabajo fue precisamente resaltar la importancia que los asuntos económicos tendrán en esta 14º edición de las cumbres occidentales y sirvió al mismo tiempo para enviar un claro mensaje a los mercados, cuando abran esta mañana, sobre el firme, compromiso de los responsables de las naciones más ricas del planeta de "mantener inalterable el buen curso que registra la economía mundial".El presidente Reagan, que asiste a su última cumbre, mantuvo también en la tarde de ayer un encuentro con el presidente francés, François Mitterrand, que se ha asegurado con su reelección diete nuevas tarjetas de embarque para este tipo de shows. La propuesta francesa para condonar un tercio de la deuda de los países más pobres de África y el deseo de la Administración de Reagan de convertir la cumbre de Toronto en una balsa de aceite, pese a la disputa sobre las subvenciones agrícolas, que divide a ambas partes del Atlántico, probablemente figuraban entre los asuntos tratados entre los dos mandatarios.

Crecimiento sin inflación

Fuentes británicas informaron que Margaret Thatcher, en su discurso de apertura de la sesión (de trabajo, constató la atmósfera de optimismo que impregna esta cumbre de Toronto al resaltar "los avances positivos realizados por los siete países durante el último año para asegurar un crecimiento sostenido y sin inflación de la economía mundial". En efecto, el producto nacional bruto (PNB) de seis de los siete países se encuentra creciendo a un ritmo más fuerte de lo esperado hace seis meses, sin que se hayan dejado sentir los efectos perniciosos que la caída bursátil de más de 500 puntos en el índice Dow Jones el pasado 19 de octubre parecía anticipar.

Precisamente este fuerte ritmo en el crecimiento económico, que forzará a EE UU y a Japón a revisar al alza sus previsiones de aumento del PNB para este año, se ha convertido en la mayor causa de incertidumbre de los mercados financieros. El resurgimiento de las tensiones inflacionistas que tradicionalmente acompaña a los períodos de prosperidad hicieron temer el viernes a los mercados que el Reino Unido y la RFA estaban a punto de aumentar en medio punto sus tipos de interés y que Japón, que creció a un ritmo del 10% en el primer trimestre de este año, podría seguirlos.

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La amenaza sobre los tipos de interés se ha visto agravada con la sequía que afecta a los Estados del Medio Oeste de Norteamérica, conocidos como los graneros del mundo. La prolongada falta de lluvia en estas ricas zonas agrícolas ha provocado ya un incremento en espiral de los precios de los productos básicos, como el maíz y la soja, que ha coincidido a su vez con aumentos imprevistos en algunas materias primas, principalmente las metálicas.

Los líderes de las siete potencias tendrán que realizar un esfuerzo adicional en esta cumbre para tranquilizar a los mercados y garantizar la estabilidad que ha existido en ellos durante los últimos meses, pese al crash bursátil de octubre. La mejora sustancial del déficil comercial norteamericano durante marzo y abril es su principal argumento, confirmado con estadísticas que prepara el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la tendencia correctora favorable de los desequilibrios externos que presentan las economías de Estados Unidos, Japón y la República Federal de Alemania. El deseo del presidente Ronald Reagan de despedirse sin traumas de la Casa Blanca, permitiendo a su sucesor la adopción de nuevas ideas, es otro argumento más en favor de esta tranquilidad, aunque sea sólo por unos pocos meses.

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