Libros a la intemperie
En el editorial de EL PAÍS del día 10 de junio Libros a la intemperie se dice que "los actuales responsables de la Biblioteca Nacional han denunciado repetidas veces la necesidad de reorganizar en profundidad dicho centro, habiéndose hecho oídos sordos a sus justas peticiones".La realidad es otra. El actual director de la Biblioteca Nacional -junto con su nuevo equipo- fue nombrado hace dos años precisamente para poner en marcha, por el Ministerio de Cultura, un programa de reforma de la Biblioteca Nacional, consistente básicamente en:
Aprobación en abril de 1986, por el Gobierno, del Real Decreto 847/1986, por el que se determinan las funciones y nueva organización de la Biblioteca Nacional. Dicho decreto es el que dio pie al nombramiento del nuevo director y en él se reconduce la Biblioteca Nacional a sus fines lógicos: biblioteca de investigación, depósito de la memoria escrita y cabecera de las bibliotecas españolas.
Desde ese momento, la dirección de la Biblioteca Nacional y la Dirección General del Libro y Bibliotecas -es decir, el Ministerio de Cultura- han tenido claro lo que tienen que hacer "para ponerse a la altura de bibliotecas similares de países como el Reino Unido y Francia" y se está haciendo así. En concreto:
- Están haciéndose unas obras imprescindibles en el actual edificio de la Biblioteca Nacional, por valor de 1.000 millones de pesetas, que terminarán con la irracionalidad espacial actual, herencia de la más absoluta ausencia de planificación espacial en dicho edificio desde 1892.
- En las próximas semanas saldrán a concurso público las obras del segundo depósito de la Biblioteca Nacional en terrenos de la universidad de Alcalá de Henares. Dichas obras consisten en la construcción de dos depósitos con capacidad para dos millones; de volúmenes. El coste del proyecto supera los 1.300 millones de pesetas.
- La informatización de la Biblioteca, que ha tenido problemas de todo tipo, se va a acelerar y para ello se cuenta con los recursos presupuestarios necesarios.
- La Biblioteca ya no es una sala de lectura para estudiantes, gracias a las medidas ya tomadas hace meses, lógicamente por la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Cultura.
Es decir, las medidas de reforma están en marcha desde hace años.Y son ellas las que han permitido detectar la desaparición -ocurrida no se sabe cuándode los libros hoy felizmente encontrados gracias a la profesionalidad del Grupo de Delitos contra el Patrimonio Artístico del Servicio Central de la Policía Judicíal y de los bibliotecarios de la Biblioteca Nacional.- director general del Libro y Bibliotecas, y Juan Pablo Fusi, director de la Biblioteca Nacional.
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