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Felipe González considera que Carlos Solchaga es compatible con una política económica más social

El presidente del Gobierno considera que el actual ministro de Economía, Carlos Solchaga, es compatible con una política más social, en contra de lo que han manifestado algunos miembros del partido socialista. La UGT ha sido más prudente, y ayer uno de sus dirigentes, Antón Saracíbar, indicaba que "la política económica no se puede personalizar en un ministro. Es una responsabilidad global y sobre todo de su presidente". Asimismo, Felipe González declaró que su entrevista con UGT ha sido muy positiva, porque se han concretado las cuestiones a negociar, el foro y el calendario.Felipe González hizo ayer una nueva defensa de la política social y la solidaridad ante el comité central de la Federación Internacional de los Trabajadores Metalúrgicos (FITIM) en una reunión organizada en Madrid por UGT de¡ metal. El presidente no hizo uso del discurso que traía escrito y prefirió improvisar una serie de reflexiones ante una organización en la que están representados los sindicatos metalúrgicos de 70 países. Una parte de su intervención, en la que hablaba como "compañero" la dedicó a hacer propuestas a los delegados sindicales para que sean más solidarios con los parados y buena parte de sus palabras a exponer su propia política. "Para mi", dijo, "lo prioritario es crear empleo. Ninguna medida que extorsione ese objetivo es aceptable para el Gobierno". Reconoce que hay otras consideraciones, como la estabilidad en el empleo, y que existe un mayor porcentaje de eventuales y con trabajo precario.

El despido es inevitable

Como responsable político a él le interesa saber cuántas personas requiere el mercado de trabajo y tratar de asegurar que se incorporen. Entiende que lograr que tengan contratos permanentes no depende de un acto de voluntad, ni siquiera de una ley bien hecha. "Depende", afirmó, "de que el saneamiento sea real. Si no lo es, se podrá encarecer la ruptura de la relación laboral, evitarla nunca. Las empresas, si lo necesitan, hacen el ajuste".

El jefe del Ejecutivo considera que el cambio del sistema productivo, el impacto de las tecnologías, el dumping internacional y las multinacionales exigen a los sindicatos un desafío para la inteligencia y la imaginación. El mejor procedimiento en su opinión es dialogar y asumir compromisos en política económica para generar empleo, como primera prioridad, y para un reparto justo del incremento de riqueza, en segundo lugar.

González aseguró que el talante de su equipo es recorrer ese camino con los interlocutores sociales porque "no queremos aplicar la política económica sin ellos". Aunque reconoce que es difícil asumir esa corre spon s abilidad por el movimiento sindical, matizó que no pedirá nunca que sustituyan funciones del Gobierno. Pero cuando contempla la realidad española y el papel de Europa, se da cuenta que "por mucho coraje que tenga un Gabinete, no será lo suficientemente sólido como para enfrentarse a los desaflos de la sociedad". Y afirmó textualmente que un Gobierno necesita apoyos conscientes y críticos para llevar esa política adelante. Los apoyos acríticos no le sirven y sí no se hace así "se producirá el triunfo de las fuerzas conservadoras que no tienen en cuenta los apoyos sociales".

Antón Saracíbar, presidente de la gestora del metal de UGT, alabó una parte de la intervención del presidente del Gobierno y en concreto la que se refería a la corresponsabilidad de los sindicatos y a los avances de la política sindical, pero no las relacionadas con el mercado de trabajo. A él no le ha quedado claro qué va a hacer el Gobierno con el plan de empleo juvenil del PSOE y aseguró tajantemente que su sindicato no va a aceptar la desregulación, ni el empleo precario para jóvenes y mujeres. "Sí lo que he creído entender se confirma", afirmó, en las próximas negociaciones pueda haber problemas".

Otra reflexión que planteó Felipe González a los sindicatos, y en ese momento hablaba como un compañero y afiliado, es que "defendemos contra viento y marea a los que tienen empleo", pese a que es consciente de la dificultad de plantear estrategias para defender a los parados.

Felipe González cree que el libre mercado europeo es una buena ocasión para ejercer la solidaridad internacional y crear "el espacio social" en el que se garantice a todos los trabajadores de la CE unas garantías mínimas de protección para evitar las tentaciones a la desregulación laboral. "El internacionalismo", afirmó, "es la aportación más importante del movimiento obrero" y el mejor instrumento en el momento actual para tratar con las empresas multinacionales. El presidente español propuso ayer a la FITIM que se establezca una interlocución social nacional, europea y supraeuropea para negociar con las compañías multinacionales.

Resolución de la FITIM

Precisamente el comité central de la FITIM ha aprobado en su reunión de Madrid una "claúsula social" que pretende garantizar el respeto de los derechos laborales fundamentales estipulados en los convenios de la OIT y entre ellos el derecho de sindicación, negociación colectiva y de huelga, la no discriminación, la abolición del trabajo forzoso y el respeto a la edad mínima para trabajar.

Asimismo la resolución indica que la prosperidad económica ha contribuido a mejorar los derechos de algunos países, pero hay excepciones considerables. Esta federación de sindicatos lanza un llamamiento para que a nivel mundial se coordinen las políticas para estimular mutuamente el desarrollo económico y social en todos los países y acogen con beneplácito el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones comerciales en el GATT.

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