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FERIA DE SAN ISIDRO

Victorino dice que los diestros no entendieron sus toros

Victorino Martín, que presenció ayer la corrida intentando camuflarse entre el público, según acostumbra, declaraba al finalizar la misma que le habían gustado sus toros y que los diestros no los habían entendido. "No es que hayan sido fabulosos, pues pueden salir mejor", decía, "pero tampoco han sido tan malos". Acusaba a la terna de haber dejado que les pegaran mucho en varas: "Y además les dudaban con la muleta, lo que no debe hacerse nunca".El ganadero, que era saludado de continuo por los aficionados que le rodeaban en una delantera baja del tendido 3, sólo reconocía la falta de fuerza de sus reses, y de modo relativo: "Porque, insisto, los han molido a puyazos". Respecto al que se devolvió a corrales indicó: "Son riesgos que se corren, tampoco se acaba el mundo". Finalmente añadió que sus toros habían merecido un aprobado alto: "Porque han mantenido siempre el interés de los aficionados".

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Ruiz Miguel se mostraba profuridamente sorprendido al comentarle estas declaraciones de su amigo Victorino: "Ha demostrado, en este caso, no tener ética, porque hay que saber perder y ganar, y hoy ha perdido. No se ha comportado como un caballero",. Su decepción iba en aumento cuando se le transmitían las palabras del ganadero sobre el supuesto exceso de puyazos recibidos por los toros: "¿Dice eso?. lnereíble. Pero si algunos, como el segundo y sexto casi ni se han picado. Está visto que en la fiesta cada uno va a lo suyo. Pues que quede claro, han sido auténticas alimañas ilidiables".

Público demasiado frío

Se iba satisfecho de su feria, a pesar de no cortar orejas, lo que achacaba a su fallos con la espada, y, con la pequeña tristeza de que encontró demasiado frío al publico en su faena al primero de ayer, al que agregaba que había toreado y matado bien: "Sólo por anunciarme frente a toros de Miura, Pablo Romero y Victorino y estar por encima de ellos he triunfado".

Dámaso González y Roberto Domínguez eran más cautos al crificar las declaraciones de Victorino y ambos coincidían en que eran opiniones que respetaban aunque no compartían y que encontraban lógico que se defendiera. El albacetense señalaba que tanto el toro de Victorino, corno el sobrero de Pasquau, desarrollaron peligro: "Han sido dos regalitos de aúpa con los que era imposible lucirse". González lanientaba no haber dado espectáculo y puntualizaba: "Con esos toros era misión imposible".El vallisoletano decía que su último toro había sido uno de los dos o tres más difíciles de toda su vida: "Es que no tenía lidia ni de manso, pues fue imposible picarlo y banderillearlo. Yo creo que estaba avisado". Calificaba a su feria de digna y no consideraba que hubiera triunfado, aunque tampoco fracasado: "Se fracasa cuando te dejas ir sin torear toros buenos, y a mí eso no me ocurrió ninguna de las tres tardes que hice el paseíllo".

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