La región de Marsella, en la mirada de muchos
L. B La región de Marsella centrará hoy la atención de la mayor parte de los franceses una vez conocidos los resultados que arrojen las urnas. En estas tierras meridionales, de importantes tasas de paro y fuerte inmigración, tendrá lugar una de las batallas más ásperas de estas mortecinas elecciones legislativas.
El estado mayor del Frente Nacional, encabezado por su presidente, Jean-Marie Le Pen, ha desembarcado en Marsella, para intentar aprovechar la inercia del 30% de votos obtenidos en las pasadas elecciones presidenciales en muchas circunscripciones.
El Partido Socialista, a través de la Mayoría Presidencial para una Francia Unida, ha soltado a un paracaidista, originario del mundo empresarial. Se trata del popular presidente del club de fútbol Olimpic de Marsella, Bernard Tapie.
Tapie asegura que su principal intención es cortar el paso a Jean-Marie Le Pen, en las elecciones de hoy y en las elecciones municipales de 1989, en las que el líder ultraderechista quisiera conquistar la ciudad de Marsella y convertirla en su feudo electoral permanente.
Numerosas personalidades de primera fila de la escena parlamentaría francesa pueden atravesar grandes dificultades para no perder el escaño, según las previsiones más ajustadas.
Le Pen es uno de ellos, pero también los dirigentes del Partido Republicano (integrado en la UDF), François Léotard, Gérard Longuet y Alain Madelin, y el secretario general del Partido Comunista, Georges Marchais.
La mayoría de los grandes caciques políticos se presentan, por si acaso, en circunscripciones muy seguras para su partido.
El ex primer ministro y desafortunado candidato a la presidencia de la República, Jacques Chirac, ha hecho campaña pidiendo la mayoría absoluta en la primera vuelta, para enjuagar el mal gusto de su reciente derrota.
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