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Samir: "La izquierda está atada al furgón de cola del colonialismo"

El capitalismo cambió las plusvalías industriales por la especulación financiera

El economista egipcio Samir Amín participó esta semana en Madrid en la reunión Norte-Sur auspiciada por el Consejo de Europa, que se clausura hoy. Una voz discordante con la política del FMI para el Tercer Mundo. En el núcleo de su pensamiento resalta una crítica: falta un proyecto global capaz de hacer frente a la corriente liberal, que ha calado, según él, incluso en la izquierda, que quedó atada al furgón de cola del colonialismo de nuevo cuño. El colapso de los viejos modelos fue sustituido por un "liberalismo féroz" que empuja al mundo hacia el vacío.

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La ausencia de este proyecto global y la presencia contumaz de una estrategia económica basada en un reparto cada vez menos equitativo de las rentas conducirán, en su opinión, a un vacío cuyas consecuencias no se pueden medir.Para Amín, los modelos de crecimiento que tuvieron su expresión tanto en el mundo desarrollado como en el Tercer Mundo entre 1945 y finales de la década de los sesenta entraron en una crisis irreversible.

El estallido de la crisis en 1973 marcó un cambio cualitativo en el modelo industrializado, que fue incapaz de mantener una distribución equitativa de la renta en paralelo con la expansión económica, como había ocurrido durante los 25 años precedentes.

El capitalismo avanzado inició una huida hacia adelante que se caracterizó por invertir las plusvalías industriales en la especulación financiera, asignando recursos exiguos al desarrollo tecnológico y la reconversión industrial si se los compara con la masa de beneficios desviada hacia los circuitos financieros.

Sin modelo social

En su conjunto la receta liberal que irrumpió a caballo de la crisis de la década de los setenta careció por completo de modelo social, y se apoyó exclusivamente en un circuito de especulación financiera y reestructuración de la industria cuyo eje fue y es arrojar al desempleo y la degradación social a grandes masas.Respecto del modelo económico del Tercer Mundo, la misma crisis significó el fracaso de las tesis de la conferencia de Bandung de 1955, según las cuales el nacionalismo burgués del mundo subdesarrollado quiso calcar los modelos avanzados con el coste de haber llegado tarde al mercado mundial.

La crisis de esta alternativa dio lugar a un modelo cuyo ejemplo más acabado es el brasileño, aplicado con variantes en otras naciones y que dio lugar a los nuevos países industrializados.

Pero este milagro, aclamado internacionalmente, se basó en la pauperización de las masas rurales e industriales e incluso de las pequeñas burguesías, sujetando la protesta social por mano militar.

También en el Tercer Mundo la canalización de fondos hacia la producción constituyó una tasa mínima de los recursos disponibles. La gran masa de ellos fue dirigida hacia la especulación financiera.

Este modelo industrial-especulativo está en la base del endeudamiento exterior del Tercer Mundo, problema que, en opinión de Amín, el mundo industrializado se niega a resolver.

Describe el ciclo con fluidez. Los nuevos países industrializados dependen de la demanda internacional para la colocación de sus excedentes, problema idéntico al del mundo industrializado.

El colapso de la demanda internacional obligó a los dos a sostenerse mediante el endeudamiento.

"El problema de la deuda interna y externa no es sólo del Tercer Mundo, basta con mirar a Estados Unidos para ver que es así", señala.

La tesis de tránsito ante una crisis financiera generalizada es que los mecanismos de salvaguarda diseñados desde 1929 permiten afrontarla e impedir su reacción en cadena. "Hay consenso en el mundo de que se puede hacer frente a esa crisis, repartiendo las pérdidas entre las naciones industrializadas".

Colocar excedentes

"Pero hay que tener en cuenta que cuando se trata de repartir pérdidas lo que surgen son peleas de perro para ese reparto, y esa lucha puede tener consecuencias sin precedentes", dijo el economista.Los organismos internacionales, FMI, Banco Mundial, OCDE, están utilizando la deuda exterior del Tercer Mundo como medio de presión para el reajuste al que aspiran.

Los modelos de la capitalización de la deuda no son más que una variante de esta recolonización. Esto es colocar el mundo al borde del vacío.

Al igual que el diseño del mercado único europeo para 1992, sin un previo modelo social que redistribuya las riquezas existentes. "Sobre la base del proyecto liberal, el mercado único en Europa supondrá una ola de quiebras de empresas, un fuerte incremento del paro y una distribución aún más desigual de la riqueza que provocará el descontrol".

El economista afirmó que: "Ia izquierda tiene mucho por ganar, incluso electoralmente, si se opone a un mercado único sin salvaguardas sociales y a una nueva colonización del Tercer Mundo, lo contrario será desastroso".

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