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Los comunistas yugoslavos debaten la crítica situación política y económica

La Liga de los Comunistas de Yugoslavia comenzó ayer una conferencia nacional de tres días en la que se esperan durísimos enfrentamientos entre las diversas tendencias internas en los debates sobre la dramática situación política y económica del país balcánico y sus eventuales soluciones. Con un partido dividido, desacreditado y desmovilizado, los comunistas yugoslavos intentarán hacer frente al desmoronamiento de un sistema socialista autogestionario que, tras décadas de presentarse como alternativa válida al socialismo soviético y al capitalismo, es cuestionado dentro y fuera del partido.

Los representantes de las Repúblicas septentrionales de Eslovenia y Croacia acuden a la conferencia nacional a dar la batalla contra las "tendencias centralistas y hegemonistas" de los comunistas de Serbia, la mayor República y con Belgrado como sede del Gobierno federal. Eslovenia y Croacia son las Repúblicas más desarrolladas, y han formado un frente en favor de una mayor liberalización económica y política. Serbia por su parte, dirigida por el nacionalista ortodoxo Slobodan Milosevic, intenta recortar las competencias de las Repúblicas en beneficio del Gobierno central y acusa a los comunistas de las dos repúblicas más ricas de "minar el socialismo autogestionario".El jefe del partido único, Bosko Krunic, condenó ayer las propuestas de reformas radicales hacia un sistema político pluripartidista de corte occidental, que calificó de "realmente contrarrevolucionarias".

La conferencia fue inaugurada ayer en Belgrado en un marco de creciente tensión, entre informaciones sobre amenazas de la cúpula militar a la república federada de Eslovenia, un día después de una devaluación del 24% del dinar y fuertes aumentos de precios energéticos.

Amenazas del Ejército

En las pasadas semanas, pese a desmentidos oficiales, han proliferado las informaciones sobre amenazas del Ejército al Gobierno de Eslovenia. La cúpula militar de Belgrado advirtió a los comunistas eslovenos que de continuar los cada vez más fuertes ataques contra el Gobierno central se vería obligado a reprimir con el Ejército las "manifestaciones secesionistas y antisocialistas".Ante cerca de 800 delegados de las seis repúblicas federadas y dos provincias autónomas, Krunic declaró que las propuestas de reformas "contrarrevolucionarias" del sistema yugoslavo sumirían al país en "conflictos nacionales conocidos en el pasado". Krunic insistió en la necesidad de salvaguardar el sistema aun con la creación de un mercado libre del capital y el trabajo. Reconoció que "muchos funcionarios creen que con estas medidas fomentamos la anarquía y enterramos el socialismo" y que "consideran que la entrada de capital extranjero para incrementar la producción supone un peligro para la propiedad social". El jefe del partido rechazó estas reticencias y advirtió que las reformas necesarias provocarán "grandes conmociones sociales". "No obstante", dijo, "de fracasar las reformas las consecuencias para el país serían mucho mas graves".

El sábado, las autoridades yugoslavas decretaron, en el marco de las drásticas medidas de ahorro acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el incremento de los precios del petróleo y derivados (36,1%), el carbón (30,3%) y el fluido eléctrico (31,4%).

Recientemente, el Gobierno del primer ministro Branko Mikulic anunció la liberalización de los precios del 61% del mercado interno. El 39% de los productos aún tiene precios congelados por este mismo Gobierno desde el pasado año en un intento baldío por frenar la espiral de la inflación, que superó el 150% en 1987. Yugoslavia tiene una deuda exterior de más de 21.000 millones de dólares (2,3 billones de pesetas). El Fondo Monetario Internacional acordó con Belgrado una renegociación de la deuda bajo la condición de diversas medidas liberalizadoras de precios y congelación de salarios.

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