Toreo ortodoxo de Ojeda
El primer toro de Ojeda tenía un defecto óptico que le impedía la visión correcta de cerca. Esta circunstancia nos liberó del parón y del encimismo. Dios escribe derecho con renglones torcidos. El diestro de Sanlúcar advirtió en seguida el defecto, y citaba a su enemigo de lejos, le adelantaba la muleta, cargaba la suerte y lo llevaba largo, con temple y remate envidiables. Me complace señalar que es una de las faenas de Ojeda que más me han gustado de los últimos años. ¿Por qué no toreará siempre así? Sin duda, porque el público lo que quiere es lo otro. Con el parón hubiera cortado las dos orejas. Con el toreo ortodoxo sólo le dieron una, sin duda debido a que el público no pidió con fuerza la segunda.
Rojas / Ojeda, Litri, Ortega
Toros de Gabriel Rojas, desiguales de presentación y mansos. Paco Ojeda: oreja; silencio. Litri: ovación; oreja. Celso Ortega, que tomó la alternativa: vuelta en ambos.Plaza de El Puerto de Santa María, 29 de mayo.
El cuarto toro no se movía, pero no por estar cojo como decía el público, que solicitó vehementemente su devolución, sino porque era un buey de carreta. Ojeda se limitó a despacharlo echándose fuera.
Arrodillarse ante la estatua
El Litri tuvo mala suerte con sus dos enemigos. El primero tenía muy corta la embestida y los muletazos no tuvieron limpieza sino frecuentes enganchones. El quinto, como no le embestía al Litri, optó el por embestirle, pero el toro que ni por esas. Por ello decidió Miguel arrodillarse de espaldas ante aquella estatuta y tirar los trastos al suelo, en vista de que no le servían para nada. El impresionable público portuense por esa sincera confesión de impotencia le otorgó una oreja.Tomó la alternativa el diestro local Celso Ortega. La verdad es que no nos ha dicho nada, pero no es menos cierto que sus toros decían menos. Parece pues de justicia dejar un juicio definitivo sobre el nuevo doctor -al que es la primera vez que tenemos el gusto de ver- para otra ocasión. Quiera Dios que el terno de plata con el que ha tomado la alternativa no sea premonitorio de su futuro profesional. Las dos vueltas que dio fueron otorgadas por su carta de naturaleza.
La corrida de Gabriel Rojas, desigual de presentación. Algunos de sus toros han tenido poder, pues derribaron tres veces. Los seis han sido mansos, aunque el de Paco Ojeda que hizo pelea de tal en el caballo, llegó a la muleta con recorrido pastueño.
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