Un grupo de seminaristas malagueños critica la coronacion con oro de la Virgen

Una veintena de seminaristas mayores, de los 35 con que cuenta el centro malagueño, han dirigido un escrito a la opinión pública en el que reflexionan, sobre la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza con una corona de oro. La ceremonia se celebrará el próximo día 18 de junio en Málaga y será presidida por el nuncio de la santa Sede en España, Mario Tagliaferri. Esta carta se suma a la de movimientos apostólicos, que en los últimos días han expresado sus críticas (ver EL PAÍS del pasado miércoles).

Los firmantes de este nuevo texto recuerdan que el paro en el sur de la provincia alcanza al 30% de la población activa. Éste es, entre otros, uno de los elementos que induce la reflexión de los seminaristas sirviéndose de la reciente encíclica Sollicitudo reí socialis y de los documentos de los obispos andaluces.

"Realmente", afirman, "quisiéramos ver a María coronada, pero con la sencillez evangélica y, sobre todo, con nuestra vida de entrega en favor de los más necesitados". "El Dios de la alianza, cantado por la Virgen de Nazaret, es a la vez el que derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes", señalan los seminaristas, quienes de acuerdo con la última encíclica del Papa agregan: "Ante los casos de necesidad no se debe dar preferencia a los adornos supérfluos de los templos y a los objetos preciosos del culto divino".

Anunciar a Jesús

"Son precisamente los ojos de la fe los que nos permiten ver de un modo nuevo la realidad que nos rodea a nivel social y eclesial y sentir el dolor y la responsabilidad que brota de hechos como la inminente coronación de la Virgen de la Esperanza y otras efectuadas recientemente con el gasto que esto comporta", continúan los seminaristas.Los firmantes concluyen su escrito haciéndose una serie de preguntas sobre la credibilidad de "predicar el Evangelio y gastar tanto dinero en una coronación, mientras los hombres sufren". También resulta dificil, a su juicio, anunciar a Jesús y presentar la figura de María entre los pobres "cuando nuestros signos son la plata el oro...". ¿No seguimos siendo piedra de escándalo para creyentes y no creyentes con nuestros cultos vacíos y desencarnados de la vida?; ¿no sería preferible y más evangélico emplear nuestro dinero en dar de comer al hambriento, de beber al sediendo... en vez de aumentar la riqueza de una imagen?", finalizan.