Mía Rodríguez-Salgado

Mía Rodríguez-Salgado, hija de emigrantes gallegos y doctora en Historia, es la autora del estudio sobre la Armada Invencible que ha conmemorado, en el Museo Nacional Marítimo de Greenwich (Londres), los 400 años del intento de invasión de Inglaterra por fuerzas de Felipe II. Profesora en la London School of Economics, estuvo cuatro años desbrozando de mitos un acontecimiento histórico convertido en arma propagandística. El trabajo ha producido sorpresas, y al final "el resultado es maravilloso".

Mía es la versión a la inglesa de María José, "que se les hace muy dificil de pronunciar a los ingleses", dice Rodríguez-Salgado, quien llegó al Reino Unido cuando tenía 11 años, procedente de un internado de La Coruña y una vez que sus padres se habían establecido en el país. Es una reputada especialista en Felipe II y su época, y por ello fue reclamada hace cuatro años para trabajar en la exposición de Greenwich. Felipe II se cruzó en su camino cuando Mía buscaba hace años a alguien que le "permitiera mezclar lo europeo, lo británico y lo español", circunstancia que se daba en este hombre, del que mucha gente no sabe que fue rey de Inglaterra" de 1554 a 1558."Desde el punto de vista militar y político, la campaña de la Armada no tuvo repercusiones inmediatas; ambos se recuperaron", dice Mía en su piso de Hampstead, en el norte de Londres. "Pero se convirtió en un mito, y eso es lo que quería explicar". El enfoque riguroso del acontecimiento elimina toda la leyenda que se creó en su alrededor y deja al descubierto la manipulación propagandística que ha sido asumida popularmente como la verdad incuestionable. "Se convirtió en un arma de la propaganda inglesa y holandesa. La propaganda se escribe en Inglaterra y se disemina desde los Países Bajos donde los holandeses atacaban a Felipe II y contribuyeron a presentar el resultado como una victoria protestante".

Una de las sorpresas con que se topó Mía fue "el encontrar que no se perdió ningún barco en combate". Lo más dificil del trabajo consistió en convencer a los británicos de que el envío de barcos ardiendo contra la formación naval española, una estratagema de Francis Drake, no causó en la Armada ninguno de los incendios que muestra la iconografía posterior.

En la revisión desapasionada de los hechos -que hace meses provocó las reacciones que cabría esperar de un ultraje más que de un estudio riguroso, y que ahora suscita elogios-, Felipe II, "que no era tan horrible como se le ha pintado, era un monarca de su tiempo", aparece como un hombre forzado a la guerra por Isabel I, quien, paradójicamente, tampoco gustaba del enfrentamiento convencional, ya que "sus soldados no la obedecían porque decían que la guerra es cosa de hombres".

Mía está muy satisfecha con el resultado de su trabajo, uno de cuyos frutos fue su retorno a Galicia como asesora histórica de un programa sobre la Armada que emitirá la BBC. Ahora, una vez se apague la deslumbrante luz inicial provocada por la exposición, Mía se dispone a publicar un estudio sobre la política internacional y financiera de 1551 a 1559 y a seguir desempolvando legajos con que documentar nuevas investigaciones porque "los libros dan más prestigio profesional que la exposición, aunque como ésta es tan grande, algo influirá".