El cardenismo se acerca peligrosamente a los estudiantes mexicanos
El solo anuncio de que Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato del Frente Democrático Nacional (FDN) en las elecciones del próximo 6 de julio, pronunciará un mitin en la Universidad Autónoma de México el 26 de mayo ha hecho cundir el pánico entre los demás aspirantes a la presidencia, especialmente en las filas del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI). De derecha a izquierda, todos se rasgan las vestiduras por lo que consideran una imperdonable violación de la autonomía universitaria, pero, en realidad, todas las críticas ocultan el miedo a que el cáncer del moderno cardenismo penetre en el poderoso movimiento estudiantil.
Una fila de personalidades próximas al sistema lleva un mes poniendo el grito en el cielo para tratar de impedir el mitin de Cárdenas en la universidad más importante del país, con 300.000 jóvenes, que sirve además como termómetro de la orientación política de los estudiantes mexicanos. El rector de la universidad Autónoma (UNAM), Jorge Carpizol, ha pedido la suspensión del acto político con el fin, dijo, de que el centro no sea utilizado como medio electoral.El decano de la facultad de Derecho y otras autoridades académicas y políticas también se han pronunciado contra el mitin de Cárdenas, en una actitud en la que se confunde el temor a que la universidad mexicana recupere el protagonismo político que tuvo hace 20 años y el peligro a que el candidato del FDN se confirme como la primera opción electoral de los estudiantes.
El candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, ha preferido hasta ahora no entrar frontalmente en el debate, pero altos funcionarios de su campaña sí han manifestado que el mitin de Cárdenas constituye "un precedente negativo". Salinas ha participado durante su gira electoral en diversos actos con universitarios, pero siempre ha evitado los actos masivos ante las sospechas de que los estudiantes no hayan comprendido por el momento el mensaje reformista que predica el candidato oficialista. Desde que el presidente Luis Echeverría fue despedido con una pedrada en 1975, ningún máximo dirigente mexicano ha puesto sus pies en la Autónoma.
El mitin de Cárdenas ha provocado también temores a su izquierda. El candidato del Partido Mexicano Socialista (PMS), Heberto Castillo, uno de los que cuentan con mayores posibilidades en el ámbito juvenil, se ha opuesto al discurso y ha afirmado que pronunciar un mitin en la universidad sería como hacerlo en una iglesia.
Castillo está tan preocupado como Salinas por los efectos que puede tener sobre sus tradicionales votantes la irrupción en la pugna política de Cárdenas, quien, con un mensaje más actual que el del candidato de la izquierda tradicional, podría llevarse el 6 de julio un buen bocado de los votos del PMS. Castillo rechazó, antes y después del inicio de la campaña, una propuesta del FDN para que el hijo del general Lázaro Cárdenas, el responsable de la nacionalización del petróleo y de la distribución de tierras a los campesinos, fuese el candidato único de la izquierda.
Algo alejado de este debate, el aspirante a la presidencia por parte del Partido de Acción Nacional (PAN), Manuel Clouthier, se ha limitado a comentar que él también acudiría a la UNAM en el caso de ser convocado por los estudiantes, entre los que, ciertamente, el candidato de la derecha no cuenta con un gran respaldo.
El resultado del mitin de Cárdenas en la UNAM puede influir también en el seguimiento al candidato del FDN entre otros sectores intelectuales y liberales de la capital más poblada del mundo. Junto al impacto de la candidatura de Cárdenas, antiguo gobernador del Estado de Michoacán por el PRI, está surgiendo un nuevo progresismo político, una nueva izquierda, que podría cuajar, el 6 de julio, en distritos de clase media de la capital mexicana
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