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Más ruidos que palabras

El éxito financiero de Telefónica coincide con la baja calidad del servicio y las quejas de los usuario

Dicen que un lema de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) es: 'Las cosas difíciles las hacemos fáciles; en las imposibles tardamos un poco". Esta máxima, adecuada, al parecer, a los responsables de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), es percibida justo al contrario por buena parte de los usuarios. La espectacular estrategia financiera desarrollada por la Telefónica -más de 53.000 millones de pesetas de beneficio neto en 1987- corre paralela al creciente número de quejas de los abonados por la tardanza en instalar aparatos, la dificultad para comunicar con buena parte del territorio nacional y la mala calidad del sonido telefónico.

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Fuentes de la CTNE reconocen que la calidad del servicio ha bajado desde hace dos años, y explican que ello es debido a la coincidencia del proceso de renovación en el que está empeñada la Compañía con el fuerte tirón experimentado por la demanda. Germán Ramajo, director general de Explotación de la CTNE, tras asegurar que "los problemas no están descontrolados", señala que éstos se dan fundamentalmente en Madrid y en la red nacional (llamadas interurbanas) y que "la situación no mejorará hasta el verano".

Sube la demanda

El crecimiento de la demanda de líneas telefónicas ha subido de poco más del medio millón anual entre 1982 y 1985 al casi millón y medio previsto para 1988. Además, el incremento del tráfico telefónico (número de pasos medio por línea) ha pasado del 1 % tradicional al 7% en 1987 y al 10% en abril de este año, y el número de líneas vacantes que se reservaban las centrales ha descendido de un 15% a un 6% aproximadamente. Estos datos, sin embargo, no son una explicación suficiente para los que consideran que el problema se debe a la falta de previsión y al abandono de inversiones a largo plazo por la CTNE.Joaquín Osa, subdirector general de Redes y Sistemas dentro de la Dirección General de Telecomunicaciones, dependiente del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, compara la red telefónica con un castillo de naipes para explicar lo que está ocurriendo: "Hay un exceso de líneas en la base y faltan en los enlaces superiores, justo lo contrario de lo que se debe hacer y que, de hecho, se hacía antes". Añade que "ha habido un estancamiento en cuanto a planificación de redes a la espera de la LOT" (ley de Ordenación de las Telecomunicaciones, aprobada en diciembre de 1987).

Benjamín Gutiérrez, de la sección de teléfonos de la UGT, afirma que "las inversiones se han olvidado de las centrales de conmutación y de la extensión de la red".

Fuentes de Telefónica reconocen que ha sorprendido la demanda y responsabilizan a las empresas suministradoras de la CTNE, Alcatel-Standard Eléctrica e Inteisa/Ericsson, de que sus previsiones se hayan quedado tan cortas. Las líneas instaladas han pasado de 399.000 en 1985 a 575.000 en 1987, cuando la CTNE había pedido más de 700.000, y el número de enlaces apenas se ha incrementado en estos años. En Alcatel-Standard Eléctrica aseguran que en 1987 han cumplido los compromisos con Telefónica al 100% y entregaron 460.000 líneas. Ante estos problemas, la dirección de la CTNE ha decidido aceptar un tercer suministrador, la empresa APT, subsidiaria de AT&T y Philips, y la importación de 100.000 líneas de Suecia.

Germán Ramajo afirma que desde 1986 la CTNE está pasando de un sistema analógico a uno digital. Esta renovación, que no se completará hasta pasado el año 2000, hace "necesarios traductores de un sistema a otro, lo que puede producir cuellos de botella en puntos intermedios de la red".

Mejora o ampliación

El director general de explotación afirma que se sanea del 10% al 15% de la red al año. El dilema está, según Germán Ramajo, en extender o mejorar" la red. Estos cambios, dice, son inevitables "ante la insensatez que sería instalar equipos tecnológicamente obsoletos". La CTME destinará a inversiones en infraestructura alrededor de un 60% de sus ingresos este año y el próximo.El tiempo de espera para la instalación de un teléfono se ha duplicado en los últimos tres años y en la actualidad el plazo medio es de seis meses. La lista de espera actualmente es de 600.000 peticiones.

Empleados de la CTNE reconocen que estos problemas se agravan por la falta de personal dedicado actualmente a explotación e instalación. Juan Antonio Olmos, secretario general del sindicato de teléfonos de CC OO, está convencido de que "una de las razones del mal funcionamiento de la Telefónica es la mala política de personal".

Los sindicatos responsabilizan a las empresas que subcontratan servicios de la CTNE del mal funcionamiento actual por la escasa formación profesional de sus empleados. La Telefónica contrata un servicio con una de sus filiales, que a su vez lo contrata con otra empresa.

Actualmente, la CTNE contrata el 80% de las obras de canalización y de tendido de líneas y el 50% de los servicios de instalación al abonado. Esta política supone, según los sindicatos, peor calidad para el cliente y ahorro para la CTNE. Su plantilla actual, más de 60.000 empleados, está congelada desde 1983 ante el temor de que los cambios tecnológicos vuelvan innecesarias nuevas contrataciones.

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