La designación de Grosz abre el camino hacia el pluralismo en Hungría
Karoly Grosz, de 57 años, fue nombrado ayer sucesor del veterano dirigente Janos Kadar en la secretaría general del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH), en la última jornada de una conferencia nacional que supuso una rotunda victoria de la fuerzas radicales reformistas del comunismo húngaro. El transcurso y el resultado de la conferencia celebrada durante tres días en Budapest han sido ya un hito en el camino emprendido en la comunidad socialista para desmantelar las estructuras e instituciones heredadas del estalinismo.
Janos Kadar, el ya legendario dirgente del comunismo húngaro, que está a punto de cumplir 76 años, y que durante casi 32 años dirigió el partido desde que fue impuesto por la Unión Soviética tras el aplastamiento del levantamiento popular de 1956, fue destituido de su cargo de secretario general, pese a que luchó hasta el último momento por su continuidad. También perdió su puesto en el buró político y, aunque seguirá presente en el, comité central, su influencia es ya nula. Kadar fue nombrado presidente del partido, un cargo honorario sin poder político alguno.Las fuertes críticas de que fueron objeto en la conferencia el secretario general y toda la dirección del partido fueron el prolegómeno de una profunda reestructuración de todos los cuadros dirigentes.
Parte importante del comité central y más de la mitad del buró político han sido renovados en este gran desbroce de la dirección, la más radical que se produce en Hungría desde la última conferencia nacional de 1957, que confirmó la depuración habida tras el levantamiento de 1956.
Imre Poszgay, presidente del Frente Patriótico Nacional (FPN), el más radical entre los propulsores del cambio, y Matyas Szüros, experto internacional y destacado reformista, son dos de los nuevos miembros del buró político.
Grosz seguirá ejerciendo como jefe del Gobierno durante los próximos meses, pero previsiblemente aún en el curso de este año dejará este cargo para dedicarse plenamente a la jefatura del partido.
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Hungría estrena nuevas caras, leyes e instituciones
Los numerosos cambios en el buró político y el comité central hechos públicos ayer barrieron literalmente a toda la generación de kadaristas. Tan sólo cinco de los 13 integrantes del buró político mantienen su puesto, y seis de los ocho miembros cesantes ni siquiera integran el comité central. Es difícil encontrar en la historia del socialismo real un relevo tan radical de cuadros dirigentes.Los nuevos miembros del buro político son todos, sin excepción, partidarios de reformas radicales, considerablemente más jóvenes y en parte defensores de la implantación del pluralismo político, sin exclusión del multipartidismo, tales como Imre Poszgay o Resz Nyers, el economista artífice de las reformas en 1968 y apartado del poder en 1974 por presiones de la dirección soviética bajo Leónidas Breznev.
El nuevo comité central tiene 108 integrantes, tres más que el saliente, y 33 miembros lo son por primera vez. La sesión cerrada del comité central tras la reunión de la conferencia se prolongó ayer casi una hora más de lo previsto, al parecer porque Kadar se resistía a aceptar el cargo honorífico. El principal contendiente de Grosz en la pugna por la secretaría general, Janos Berecz, que mantiene sus cargos como secretario del comité central y miembro del buró político, aseguró ayer que tiene "opiniones políticas prácticamente idénticas" con el nuevo secretario general, al que, además, le une una "amistad personal".
"Nuevas caras, nuevas leyes y nuevas instituciones" habían pedido los delegados a la conferencia en la sala de actos del Centro Cultural Ferenc Rosza. En esta sala había pronunciado Kadar hace más de 20 años su ya, legendaria frase de "quien no está en contra de mí está conmigo". Esta frase fue el lema de la reconciliación nacional tras el gran conflicto de 1956, que fue el mayor éxito político de Janos Kadar. Ayer, sin embargo, Kadar era ya una personalidad histórica, al margen del acontecer, cuando intervino para inaugurar la última jornada con un discurso en gran parte incoherente, pero sobre todo resignado.
Los cambios habidos ayer en Hungría revisten tal radicalidad que el nuevo secretario general se apresuró a asegurar que la política exterior húngara seguirá manteniendo una línea conflable y predecible para sus aliados y para el resto del mundo, y que la solidaridad y cooperación con los países socialistas seguirán siendo su máxima directriz.
Mensaje de Gorbachov
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