Malos tiempos para la "perestroika"
Los conservadores imponen a sus delegados en la conferencia del PCUS
Las ilusiones depositadas en la próxima conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) como "batalla decisiva" por la democratización política y la reforma económica del sistema soviético están esfumándose en medios dirigentes del partido e intelectuales movilizados en apoyo de Mijail Gorbachov. Este estado de ánimo, que reemplaza ahora a una etapa de euforia combativa, ha sido provocado por el proceso de elección de los delegados a la conferencia, en muchos casos truculento y amañado por una estructura burocrática con arraigadas prácticas caciquiles.
La 19º Conferencia del PCUS, a la que asistirán unos 5.000 delegados en representación de 19 millones de comunistas, debe comenzar, según lo previsto, el próximo 28 de junio en Moscú. Quienes temen que la conferencia se devalúe con un nuevo compromiso inmovilizador entre concepciones políticas enfrentadas han alzado la voz a favor de un retraso del acontecimiento. Esta posición ha sido expresada en los medios de comunicación y también en una carta (no publicada en la prensa soviética) de un grupo de prestigiosos intelectuales entre los que se encuentran el profesor Andrei Sajarov y el historiador Yuri Afanasiev. Medios próximos al Comité Central reaccionan con escepticismo ante las posibilidades de preparar un asalto al Palacio de Invierno de los conservadores en un plazo suplementario de dos o tres meses. De sus palabras se desprende la convicción de que una dosis intensiva de glasnost (transparencia informativa) no basta para cambiar la conciencia mayoritariamente conservadora de los miembros del partido y con ello su correlación de fuerzas. Alexandr Yakovlev, miembro del Politburó y secreta rio del Comité Central, parece haber ganado terreno tras el conflicto provocado por la "plataforma conservadora" del periódico Sovietskaia Rossia, pero Egor Ligachov, miembro del Politburó y también secretario del Comité Central, sigue apareciendo en público aunque la Prensa sólo haya publicado sus observaciones sobre ganadería en los últimos tiempos.Compromiso en marcha
Un interlocutor próximo a Gorbachov rechazaba la idea de dividir la sociedad en "dos bandos" y citaba el caso del mariscal Semion Budioni, quien en los años veinte vio fracasar su ofensiva hacia Varsovia por haber quedado separado del cuerpo principal del Ejército soviético. "No desmarcarse del apoyo social" y proceder a un "compromiso que no impida el movimiento" son los dos términos de un dificil equilibrio citado por mi interlocutor. "No existe una tesis automática según la cual la mayoría siempre tiene razón, especialmente en situaciones revolucionarias", señalan medios próximos al Comité Central, que citan como ejemplo a la mayoría de la Unión de Escritores, que votó a favor de la expulsión de Boris Pasternak. Personajes como Yuri Afanasiev o Gavril Popov no han conseguido ser delegados a la conferencia pese al gran apoyo que gozan.
La conferencia deberá aportar mayor claridad sobre el modelo de reforma económica que pretende la dirección soviética y sobre la concepción misma del proceso de democratización de la sociedad. La reforma económica de 1987, uno de cuyos cerebros era el armenio Abel Agambeguian, mantiene incólumne la estructura y el poder de un aparato centralizado de millones de funcionarios. Una reforma más radical que dé un verdadero campo de acción a la iniciativa privada y el mercado necesita una decisión política previa, y esta causa no está ganada por los partidarios de liquidar el sistema de "ordeno y mando" estalinista, según dejaba bien claro el economista Gavril Popov en la televisión soviética. Popov instaba a los partidarios de una"reforma administrativa" a demostrar durante la conferencia que tienen soluciones. Popov es uno de los que piensan que las posibilidades de "reforma administrativa" se han agotado, pero sus palabras indican que ésta va a recibir una nueva oportunidad en la conferencia.
Un tema en cartera es la supresión de las "organizaciones de rama" del PCUS; es decir, aquella parte del aparato que se dedica a vigilar el cumplimiento de tareas económicas en teoría encomendadas a otros organismos. Medios del PCUS calculan que el 50% del funcionariado comunista trabaja en estas tareas.
Nuevo marco jurídico
En el contexto de la democratización política, la conferencia abordará la creación de un nuevo marco jurídico. Diversos portavoces soviéticos se han pronunciado a favor de reformar el sisterna legal, pero hasta ahora las intenciones no se han plasmado en un nuevo código penal (el actual permite actuar contra la disidencia política), una ley sobre libertad de conciencia, una ley sobre transparencia informativa y prensa, garantías a los derechos civiles, incluido el derecho a viajar libremente, e intercambio de información. Esta falta de garantías ciudadanas es vista positivamente por quienes piensan que unos textos legales en las actuales condiciones limitarían el margen de tolerancia permitido actualmente por Mijail Gorbachov y su entorno. La conferencia del PCUS no va a elegir un nuevo Comité Central, pese a que existen precedentes en ese sentido. La VI Conferencia del partido, celebrada en Praga en 1912, eligió un comité central de siete personas, entre ellas Lenin. Cada una de las conferencias celebradas hasta ahora, desde la primera en 1905, han tenido objetivos distintos. La X Conferencia, de 1921, dio el empuje a la nueva política económica, y la XVI Conferencia, en 1929, al primer plan quinquenal. En 1941, la XVIII Conferencia, la última celebrada, aprobó medidas vinculadas a la industria de guerra. Hoy todo lo que se dice sobre la conferencia en el estatuto del partido es que sirve para "debatir cuestiones maduras de la vida política".
"Competencia de la conferencia pueden ser prácticamente todas las cuestiones que resuelve el Congreso, incluidas las de cuadros", señalaba el historiador E. Guseinov recientemente en el periódico Izvestia. En julio de 1987 otro artículo en Pravda equiparaba la importancia entre un congreso y una conferencia. Hoy, sin embargo, medios próximos al Comité Central quitan importancia a los cambios personales. "Es un enfoque superficial. En el pasado se han repetido la situaciones en las que se pensaba que era suficiente con cambiar a la gente. El problema no es simplemente cambiar a la gente, en el supuesto de encontrarla, sino cambiar la función del partido".
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