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La defensa psicológica

Los periodistas suecos se entrenan para mantener la libertad de prensa en caso de guerra

Andrés Ortega

En caso de no poder operar desde Estocolmo en una situación bélica, la agencia central de noticias suecas (TT) tiene previsto trasladar sus oficinas centrales a un lugar secreto en el campo, donde cuenta con las instalaciones suficientes par seguir funcionando. Estos planes, dentro del concepto de defensa total, forman parte de lo que en Suecia se llama defensa psicológica, cuya base, dicen las autoridades, es la libertad de opinión y la información correcta. La Dirección Nacional para la Defensa Psicológica, integrada por civiles y dependiente del Gobierno, se encarga de coordinar estas actividades, en manos de civiles. La defensa psicológica tiene como objetivo "mantener y reforzar la voluntad de resistir en tiempo de guerra y contrarrestar la propaganda enemiga". Se trata, ante un conflicto bélico, de asegurar una "información rápida, verídica y completa", en un mundo en el que los medios de comunicación han crecido en importancia y serían uno de los primeros objetivos de un invasor. Por ello, su defensa, para los suecos, también resulta crucial.

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Los periodistas asignados a estos servicios se entrenan regularmente en este tipo de ejercicios. El plan, explica Roland Nordlund, jefe del departamento de investigación de la dirección, es no establecer ninguna censura, "aunque, naturalmente, los medios de comunicación tienen que tener cuidado con lo que publican, para no dar al enemigo información dañina". No obstante, según una persona de la radio sueca, sí se aplicaría la censura a los periodistas extranjeros que mandaran noticias desde Suecia. Y los censores en este caso serían informadores suecos, que se entrenan para ello.

"Pero en tiempo de guerra es importante que la gente esté bien informada y rápidamente, aunque las noticias no sean buenas. De otro modo se crea un campo propicio a ser abonado por la propaganda Y los rumores", añade Nordlund. Y afirma: "No somos una organización de propaganda". La defensa psicológica también incluye el informar a los soldados extranjeros que en caso de guerra entren en territorio sueco.

La Dirección Nacional de la Defensa Psicológica es una pequeña organización en tiempo de paz, cuando cuenta con una decena de personas. En tiempo de guerra, sin embargo, varios centenares de periodistas, expertos y relaciones públicas y otros profesionales trabajarían en la defensa psicológica.

Una de las funciones de esta dirección es la de organizar prácticas con los periodistas con vistas a posibles conflictos. Estas maniobras periodísticas varían según los escenarios que se contemplan. En ellas se llevan a cabo entrevistas con autoridades y redacción de noticias de la supuesta guerra. Los programas o informaciones resultantes no se emiten -salvo en alguna ocasión- ni se publican.

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"La gente cree que los periodistas en una guerra serían tan críticos como en tiempo de paz. Pero no es verdad. En las prácticas de defensa psicológica se muestran muy cautos, practican la autocensura y a menudo tenemos que impulsarles a contar cosas que ellos consideran que no habría que revelar", comenta Nordlund. La defensa psicológica intenta también basarse sobre la comunidad local. Pero a veces los periodistas locales son más cautos en su información que los que vienen de afuera, según Nordlund, para el cual "la relación personal con la. amenaza se refleja en la labor informativa".

Emisoras portátiles

Un centro de prensa en un lugar mantenido secreto sería abierto en caso de guerra para que los periodistas pudiesen entrar en contacto con los representantes del Gobierno y de las autoridades locales.

En estos planes, la radio, por ser rapida y directa, toma una gran importancia. La Corporación Sueca de Emisiones, entidad independiente en tiempo de paz, pasaría a depender del Gobierno en tiempo de guerra, y hay planes y medidas para que radio y televisión puedan seguir emitiendo.

Se pone un especial énfasis en las radios locales (que sólo existen en Suecia desde 1977), equipadas con emisoras portátiles.

Hay acuerdos especiales con imprentas para garantizar que al menos algunos diarios seguirán publicándose. Así, y ante la poca seguridad en caso de guerra de los sistemas informatizados, varios diarios que se han modernizado han conservado sus viejas linotípias e imprentas con vistas a cualquier eventualidad.

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