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Reportaje:

Un diamante en bruto

Se introducen en España los implantes de fibra de carbono para reparar daños en articulaciones

Ana Alfageme

Celia Marín era una candidata segura a llevar una prótesis completa de rodilla tras ocho operaciones en nueve años. Esta bordadora madrileña llevaba mucho tiempo de baja debido al dolor en la rodilla derecha, que apenas si podía mover. La última intervención fue el 29 de abril pasado, pero no se le implantó una prótesis, sino unas pequeñas varillas de carbono para regenerar el cartílago dañado de su articulación, con una técnica nueva en España. "Decidí operarme inmediatamente. Incluso me ha mejorado el humor. Ahora no me duele nada", dice ella.

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"A esta enferma se le implantaron varios cilindros de carbono trenzado en ambas superficies articulares del fémur, donde tenía defecto de cartílago", explica Mariano Núñez-Samper, traumatólogo adjunto del Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid y jefe del equipo que operó a Celia Marín.Este cirujano practicó el 4 de marzo pasado la primera intervención de estas características que se ha realizado en España. La paciente es Valentina Villar, una telefonista jubilada de 81 años. Su caso no era tan grave como el de Celia, pero la enfermedad tenía ya tres años de antigüedad y ella se sentía inválida. "Tenía que usar bastón, me dolía muchísimo y no podía mover la rodilla", dice ella.

La articulación debía soportar, además, los 104 kilogramos que pesaba Valentina. Ahora, con 24 kilos menos, se sienta y se levanta "perfectamente", vuelve a mover la rodilla y se encuentra animada. "Al pisar, todavía se me resiente un poco porque estoy recién operada, pero en reposo no me duele nada. Me reí cuando me contaron los médicos que me habían puesto carbono en la rodilla. Les dije. que no notaba nada extraño" comenta.

Un esqueleto de carbono

A Valentina le hicieron 13 agujeros en la zona de la lesión con una pequeña fresa y a continuación los cirujanos le introdujeron sendos cilindros de fibra trenzada de carbono de tres milímetros de diámetro. "El carbono implantado en la herida actúa como un esqueleto o andamio que sirve de guía para que crezca nuevo tejido de reparación. Los implantes se infiltran y recubren por cartílago bien vascularizado que puede cumplir su papel a la perfección", comenta Núñez-Samper.El instituto Dexeus de Barcelona presentará en sociedad esta técnica en una reunión de especialistas el próximo mes. Para implantar los discos, disponibles en distintos tamaños, se labra un lecho para introducirlo en una maniobra sencilla para los cirujanos ortopédicos.

El cartílago articular, en condiciones normales, es un tejido de gran complejidad y organización, cualidades necesarias para poder cumplir su misión: hacer que la articulación funcione como una bisagra perfectamente lubricada. La fibra de carbono es el esqueleto, según Núñez-Samper,con el que se consigue que prolifere un tejido ordenado y con características similares al normal. "Hasta ahora", dice el cirujano, "estas lesiones se trataban con implantes de cartílago o simplemente con limpieza de la zona.

De esa manera los resultados no son tan halagüeños".

Inocuidad y sencillez en la técnica, que además es diez veces más barata que la implantación de una prótesis (a la que son candidatos estos enfermos), son cualidades invocadas por este cirujano que emplea el carbono puro en el quirófano, un material biocompatible, es decir, que es aceptado por el organismo sin apenas reacción de rechazo.

Rápida recuperación

"El tiempo de recuperación se reduce mucho, porque a los 15 días los enfermos pueden caminar y cargar, lo que no es posible con otras técnicas, en que pasan dos meses completos sin que el paciente pueda apoyar la pierna", apostilla el especialista.La opinión de Nuñez-Samper es compartida por Carlos Lobato, jefe del servicio de cirugía ortopédica de la clínica Nuestra Señora de Loreto de Madrid, quien considera la técnica como "poco agresiva y mutilante. Evita el peligro de infección de las prótesis". Lobato ha operado a su vez a dos pacientes jóvenes.

Una de ellas, como Valentina o Celia, sufría de una enfermedad denominada osteocondritis disecante, consistente en la necrosis de zonas de cartílago que producen una especie de caries en diferentes articulaciones. La enfermedad es propia de adolescentes y adultos jóvenes y es muy frecuente en la rodilla, en la región articular del fémur. Produce dolor e impotencia funcional considerable.

En éste caso la técnica de implantar carbono tiene una aplicación ideal, según Ramón Sancho, traumatólogo del Instituto Dexeus de Barcelona, que tiene intención de iniciar intervenciones. "Creo que es la fórmula más adecuada", asegura el especialista.

La fibra de carbono también se puede emplear en fracturas que interesan las articulaciones y en artrosis. Todas estas enfermedades tienen una frecuencia nada desdeñable en España, si se tiene en cuenta, por ejemplo, que las fracturas articulares de rodilla son numerosas en los accidentes de tráfico. Los apósitos de carbono se usan también para cubrir defectos musculares de la pared del cuerpo como en el caso de hernias y el refuerzo de tejidos subcutáneos.

Núñez-Saniper piensa que es una técnica de muchísimas posibilidades, suficientemente probada y con futuras aplicaciones en otras articulaciones y en el pie. Lobato considera que puede solucionar en sus grados iniciales, una enfermedad muy frecuente, la artrosis de cadera.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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