Ahmad Jamal: "Si no tienes el estómago lleno no puedes hacer buena música"
El pianista norteamericano actúa hoy en Madrid
, Ahmad Jamal es uno de los casos más atípicos del panorama jazzístico de los últimos 30 años. Aclamado, admirado y copiado por infinidad de músicos, Jamal ha pasado de las más altas cimas de la popularidad a finales de los cincuenta al olvido casi total durante la década de los setenta. Un olvido que en los últimos afios parece definitivamente subsanado: Jamal ha regresado a los escenarios, recuperando progresivamente toda la fuerza que su nombre había tenido en épocas pasadas. "Si no tienes el estómago lleno no puedes hacer buena música", declaró a este diario el pianista norteamericano.
Ahmad Jamal actuará con su nuevo cuarteto hoy, jueves, en el teatro Albéniz de Madrid, y el viernes y el sábado se presentará en la sala 2 de Zeleste en Barcelona.Ahmad Jamal irrumpió en el mundo de la música a mediados de la década de los cincuenta; en aquel entonces su trío fue considerado como uno de los más novedosos del momento. "El trío de piano ha desaparecido, es cosa del pasado", manifestó el pianista norteamericano a este diario. "En verdad, casi nadie lo practica, porque es un arte muy difícil. Personalmente, hace años que lo abandoné, porque es muy laborioso desarrollar mis ideas en ese contexto, me faltan músicos para llevarlas a término".
Cuando se escriba una historia definitiva del jazz, un capítulo habrá de estar obligatoriamente dedicado a las novedades que Jamal introdujo en la típica formación de piano, contrabajo y batería. "Simplemente equilibrio", comentó el pianista norteamericano. "Mi trío era como una orquesta en la que cada uno de los tres instrumentos era un elemento igualmente importante para el conjunto. En todos mis grupos, hasta la actualidad, he buscado lo mismo", afirmó.
En 1958, la publicación del disco But not for me y muy especialmente su tema Poinciana significaron una revolución comercial en el mundo del jazz. El tema batió récords, permaneciendo 108 semanas consecutivas en los primeros lugares de las listas de venta.
"Se vendió más de un millón de ejemplares", recordó el músico durante la entrevista. "Lo que sucedió con ese disco es algo que pasa una sola vez en cada tres vidas. Me costó mucho decidir si quería hacerlo en un estudio y conseguir una versión esterilizada de mi música o si lo grababa en el restaurante en el que actuábamos cada noche; escogimos lo segundo y fue un acierto, a pesar del ruido de vasos y voces. No sólo funcionó, sino que mucha más gente empezó a grabar discos así. Vender muchos discos fue muy importante para mí porque si no tienes el estómago lleno no puedes hacer buena música. En todas las artes es igual, ahora se pagan muchos millones de dólares por un Van Gogh, pero él nunca pudo conseguir nada: si hubiese recibido esos millones en vida seguro que nos habría dejado cosas mucho mejores. Cuando el reconocimiento llega tarde no sirve para nada; ahí están Charlie Parker o Billie Holiday; ahora venden millones, pero ellos ya no están para disfrutarlo. En cambio, Miles Davis también ha vendido miles de discos y todavía está creando cosas bonitas. Si estás preocupado por la comida de tus hijos o por pagar al casero, no puedes crear nada bueno".
Un juguete divertido
Durante algunos años Ahmad Jamal compaginó la utilización del piano acústico con el piano eléctrico e, incluso, los sintetizadores. "Los sintetizadores son un juguete divertido, pero nada más, ahora he regresado al futuro: sólo utilizo el piano acústico. Por muchos sintetizadores que lleves", afirmó el músico, "si te tiran del enchufe se acaba la música, pero el piano acústico siempre seguirá sonando. Chick Corea y Herbie Hanzock son los más grandes utilizando sintetizadores, pero la mejor gira que han hecho fue cuando crearon un dúo de pianos acústicos; igual ha sucedido con Zawinul recientemente".
Babelia
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