Fuerte debate en Lisboa entre escritores europeos y soviéticos
Escritores de Europa del Oeste y del Centro mantuvieron una fuerte polémica con otros de la Unión Soviética en el encuentro literario internacional Wheatland, que terminó el lunes en Lisboa tras cinco días de debates en el palacio de Queluz. Participaron 70 escritores europeos, soviéticos y norteamericanos, y entre ellos, el premio Nobel de este año, Josef Brodski, hoy disidente y residente en Nueva York, y cuya llegada a Madrid estaba prevista para ayer tarde.En la afilada discusión, los europeos del Este acusaron a los representantes soviéticos de ser condescendientes para con el imperialismo.
Gyorgy Konrad, novelista húngaro, felicitó a la U.R.S.S. por haber liberado a la Europa del Este del nazismo, pero añadió que ahora los escritores soviéticos se han de enfrentar al papel que su país desempeña en una parte del mundo "que no desea su presencia con carros de combate, sino como turistas".
El soviético Lev Anninsky respondió que los carros blindados soviéticos habían acudido a liberar. "Miremos las causas antes de hablar de los efectos", dijo.
Tatyana Tolstoya, descendiente de Tolstoi, mostró su sorpresa por las críticas de Konrad, y dijo que era la primera vez que oía hablar de una literatura y cultura centroeuropeas separadas de la soviética. Negó que tal diferencia existiera.
El premio Nobel de literatura Josef Brodski defendió a los escritores soviéticos al señalar que a los ciudadanos soviéticos no se les enseña sobre las culturas de Europa Central y del Este. Señaló que sería terriblemente miope acusar a los delegados soviéticos de imperialismo y colonialismo. El concepto de Centroeuropa no es conocido para los ciudadanos soviéticos, dijo Brodski. "Somos escritores, no definidos por nuestro sistema político. Estamos definidos por el lenguaje en el que escribimos". La norteamericana Susan Sontag se mostró decepcionada con la intervención de Brodski.
El colonizador dicta
Pero los europeos del Este insistieron. Salman Rushidie, novelista indio residente en Londres, dijo que es típico de los colonizadores definir qué es lo correcto para los colonizados.Czeslaw Milosz, poeta polaco y premio Nobel de literatura, dijo que la idea de separatismo es un tabú en la literatura rusa, y horrible para el Estado soviético, pero que los escritores no deberían prescindir del problema.
Danilo Kis, novelista yugoslavo residente en París, se quejó del tono pedagógico de sus colegas soviéticos. Al final, la delegación soviética, dirigida por Anatoli Kim, presentó excusas. "No sabía que fuésemos a hablar de Europa Central cuando vinimos aquí", dijo. "Pero ahora veo que existe un problema. Simpatizo totalmente con ustedes en su lucha. Espero que el día llegará, no sé cuándo, en que no habrá carros de combate rusos en sus paises. Y espero que su actitud hacia mi país cambie". Fue ovacionado.
Babelia
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