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LA CARRERA HACIA EL ELÍSEO

Nuevos y viejos rostros para un futuro Gobierno

Pierre Béregovoy, Michel Rocard y Jean-Louis Bianco podrían ser a partir de las próximas horas primeros ministros del primer Gobierno del segundo septenio de François Mitterrand. Este se decidirá por uno de los tres si no prepara una sorpresa espectacular. Bianco es el actual secretario general del Elíseo, ronda los 40 años y se valora como una de las cabezas de huevo, uno de los superdotados, de este país. No pertenece al Partido Socialista. Quizá por ello sería más fácil ver a Béregovoy o a Rocard en Matignon, sede y residencia del jefe de Gobierno.Se estima que Mitterrand, desde hoy mismo, piensa abrir las puertas de su primer Gobierno a hombres que encarnan el centro-liberalismo. Esto querría decir que, como era de esperar, la cohabitación va a continuar, pero no en la cúpula del Estado (presidente -primer ministro), sino en el plano gubernamental. En este orden de cosas, se citan ya (los nombres: el de Jean-Pierre Soisson, que fue ministro de Deportes en tiempos del presidente Valéry Giscard d'Estaing, de quien era uno de sus más fieles colaboradores, y Michel Durafour, igualmente ministro de Asuntos Sociales de Giscard en sus tiempos; la ex ministra de este último, y periodista, Françoise Giroud pudiera contar también a la hora de la formación de Gobierno.

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La sorpresa más espectacular la crearía Bernard Tapie, monstruo del verbo, hombre mediático por excelencia, industrial atípico que se dedica a comprar empresas en ruina por dos reales y las moderniza después; es además propietario del club de fútbol Olimpic, de Marsella, y se le adelanta como un eventual ministro de Industria o de Deportes. Otra sorpresa tendría por nombre Pierre Bergé, presidente de la firma de alta costura Yves Saint-Laurent, uno de los modistas preferidos de la esposa del presidente, Danielle. De confirmarse esto, Bergé sería ministro de Cultura. El que ocupó este puesto en 1981, Jack Lang, se cree que ahora tendría en sus manos la cartera de Educación Nacional. Para el Ministerio de Defensa se cita a Jean-Pierre Chevenement, que ya fue ministro en los anteriores Gobiernos de Mitterrand. La cartera de finanzas iría a parar a uno de los dos aspirantes a primeros ministros, Rocard o Béregovoy. Lionel Jospin, hasta ahora primer secretario del Partido Socialista, se dice que desearía ser ministro de Exteriores; pero también merodea por estos parajes del rumor Roland Dumas, que ya ocupó el sillón hasta 1985. Ahora se habla del que fue abogado de Picasso como posible futuro ministro de Justicia. Un premio Nobel de Química, Jean-Marie Lehen, y un hombre de negocios de postín, Antoine Riboud, andan de boca en boca como posibles ministrables. Muchas más personas esperan ansiosas la última decisión del dios reencarnado de la mitterrandolatría, pero él no ha hecho en toda su vida más que acusar de mentiroso a quien le usurpa la palabra que le corresponde.

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