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Acústica vibraciones

Hasta que el profesor Sabine construyera el Symphony Hall de Boston, en el año 1900, siguiendo criterios, en el terreno acústico, basados en métodos científicos y matemáticos, los salones de conciertos seguían exclusivamente métodos empíricos aplicados a salas barrocas rectangulares, con gran reverberación, creadas para escuchar música romántica.El arquitecto García de Paredes opina que lo ideal sería adecuar las salas de concierto al tipo de música a ofrecer en ellas, pero lógicamente esa especialización es impensable, aunque existe en la sala IRCAM de París con acústica variable, método altamente complejo y costoso. El Auditorio de Madrid ha optado por aminorar el problema construyendo dos salas, una para grandes orquestas, y otra pequeña, de 700 plazas que será dedicada a conciertos de cámara donde la acústica es absolutamente precisa y cada instrumento se distinguirá con claridad. En ambas salas se ofrecerán conciertos simultáneos, al no haber entre ellas interferencias de sonido.

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Largas investigaciones

Desde que se puso en marcha el anteproyecto se ha contado con la colaboración y asesoramiento del alemán Lothar Cremer, uno de los grandes expertos mundiales en acondicionamientos acústicos quien se desplaza constantemente a Madrid con su equipo. Ellos han establecido qué materiales y espacios de aire deben existir en las salas tras realizar investigaciones con una maqueta n la que han estudiado la difusión del sonido a través de rayos láser y espejos. Las pruebas finales de acústica, que García de Paredes prefiere llamar de musicalidad, se realizarán en agosto y septiembre, ultimando reajustes tras estudiar la acústica en conciertos con público invitado.

Algo que sí queda claro es que las vibraciones son inexistentes en el auditorio, tal y como demostró el estudio realizado, antes de iniciar el proyecto, con delicados aparatos que analizaron la transmisión de vibraciones y ruidos no solo del paso del metro, -que cruza a 34 metros de profundidad el eje central de la calle del Príncipe de Vergara, lejos del solar del auditorio-, sino también la posible repercusión del tráfico rodado y aéreo.

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