El Gobierno decidirá esta semana el nuevo precio de la gasolina

La imposibilidad de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir en un 5% su nivel de extracción de crudo y para fijar el nivel de precios dentro de los márgenes oficiales de 18 dólares por barril parece despejar las incógnitas sobre una bajada del precio de los derivados del petróleo anunciada de forma reiterada por el Gobierno y sujeta, en la última semana, a que se despejaran las dudas de cuál sería la evolución del precio del petróleo a corto plazo.El Gobierno no tomó una decisión firme la semana pasada sobre el precio de las gasolinas porque la reunión de la OPEP se prolongó durante el fin de semana y cabía la posibilidad de que al final se alcanzara un acuerdo que pusiera en entredicho la oportunidad de proceder a bajar los precios de los carburantes. Los responsables del Ministerio de Economía hicieron, hace algo más de una semana, una declaración de principios muy taxativa al recordar que "el Gobierno se ha comprometido a bajar los precios de los derivados del petróleo en cuanto las condiciones del mercado lo permitan", ya que es la única baza que queda para tratar de mantener dentro de lo posible el objetivo de inflación para este año.

El secretario de Estado de Economía, Guillermo de la Dehesa, señaló hace unos días que el mantenimiento del objetivo de inflación para este año después de los malos resultados del índice de precios al consumo en el pasado mes de marzo se basaba en que se pudiera bajar el precio de los derivados del petróleo y en las expectativas de buena cosecha.

Modificar los precios de las gasolinas unos días antes de que la OPEP celebrara una reunión extraordinaria parecía poco probable, pero una vez que esta reunión ha tenido lugar y que no se han alcanzado acuerdos pana limitar el volumen de extracción, es más fácil.

De hecho, los responsables de Campsa y del Ministerio de Industria y Energía han "hecho los números" en las últimas semanas y la bajada posible sin afectar en exceso a la recaudación fiscal se cifraba en tomo a un 5%, equivalente a unas cuatro pesetas por litro.