La policía descubre un túnel para robar por medio de un 'butrón' en una sucursal bancaria del centro
, La policía logró abortar en la noche del pasado sábado un robo por el procedimiento del burtrón que una banda de desconocidos estaba preparando contra una entidad bancaria sita en la plaza de Olavide, en Madrid. Los golpes producidos por los delincuentes mientras excavaban un túnel para acceder a la cámara acorazada despertaron la alarma entre los vecinos, que avisaron al 091. Cuando los agentes lograron acceder a las alcantarillas, los delincuentes ya se habían dado a la fuga a través de la red de saneamiento. Junto al agujero fueron halladas numerosas herramientas, un potente gato hidráulico y dos medias de señora.
Minutos antes de las diez de la noche del pasado sábado, unos inquilinos de la finca número 25 de la calle de Trafalgar, colindante con la sucursal número 9 del Banco Central, escucharon ruidos sospechosos. Los vecinos pensaron inicialmente que el estruendo era provocado por las obras de albañilería que realiza en la actualidad el dueño de un piso situado en la cuarta planta.Preocupados por los extraños ruidos, algunos inquilinos comunicaron sus temores a los porteros de la finca, Carlos y Remedios, quienes les aseguraron que a esa hora no había ningún operario en el piso que se encuentra en rehabilitación. Además, los golpes procedían del sótano, cosa a la que nadie supo encontrar una explicación lógica.
La dotación de un coche patrulla de la policía acudió al lugar del incidente y comprobé que seguían escuchándose ruidos, por lo que fue avisado un equipo de especialistas en subsuelo e inspectores de la comisaría del distrito de Chamberí.
Los primeros indicios hicieron pensar a la policía en la posibilidad de que alguna organización terrorista estuviera planeando colocar una bomba en los bajos del edificio número 27 de la calle de Trafalgar, sede del Boletín Oficial del Estado (BOE), donde años atrás ya se produjo un atentado con explosivos.
También se temió entre los investigadores que el ruido surgiera de la preparación de una acción contra los asistentes a una concentración convocada para la mañana de ayer por Falange Española de las JONS en la plaza de Olavide, con motivo de la fiesta del 1 de mayo.
El alboroto originado por los coches patrulla, la apertura de una boca del alcantarillado por parte de los policías de subsuelo y las voces de los numerosos curiosos congregados en la calle alertaron a quienes practicaban el butrón o agujero para acceder a la cámara acorazada del banco. "El jaleo hizo que se revolviese todo el vecindario y que estuviéramos así hasta las 12 de la noche", según recuerda una mujer que presenció los hechos.
Heramientas
Cuando los agentes lograron por fin descender a las cloacas, tan sólo descubrieron un montón de herramientas, ya que los delincuentes habían huido a través de la maraña de galerías subterráneas. La policía opina que los ladrones pudieron salir por algún punto situado a varios kilómetros de la plaza de Olavide.
Los frustrados asaltantes habían excavado un túnel de casi 10 metros de longitud y otro de dos metros, y, según fuentes policiales, les faltaba muy poco para Regar a la pared de la cámara blindada. "Tenían todo muy bien planeado", según un policía, "y habrían acabado la obra aprovechando que el banco está cerrado durante el sábado, el domingo y el lunes".
En la galería fueron descubiertos cuatro tramos de escalera desmontable, un gato hidráulico de camión, un pico, una pala, un mazo de albañil, una piqueta, una paleta, un destornillador de grandes dimensiones, un puntero, dos medias de señora y una cuerda.
Según han indicado fuentes policiales, "los reventadores ya habían hecho el trabajo más difícil y les faltaba la parte más fácil". Los delincuentes, una vez hecho el trabajo más duro, consistente en perforar la pared de la cloaca, deberían horadar aproximadamente medio metro de tierra y arena. Después llegarían a la cámara acorazada, revestida de hormigón, a la que posiblemente pensaban atacar mediante el empleo de una lanza térmica, artilugio que permite derretir artilugio que permite derretir cualquier material al producir altas temperaturas.
La sucursal del Banco Central cuenta con una habitación blindada en la que están instaladas la caja fuerte de la entidad y un número indeterminado de cofres privados que se alquilan a los clientes que así lo solicitan. Los usuarios suelen depositar en estas cajas particulares dinero, joyas o documentos de interés, pero la entidad bancaria ignora el contenido, por lo que en estos casos siempre resulta imposible precisar el botín que podrían haber obtenido los delincuentes.
El director de la oficina de la plaza de Olavide, Juan Gutiérrez, se negó ayer a precisar las características de la oficina, alegando que así se lo habían ordenado sus jefes. Gutiérrez rehusó también informar sobre la cantidad de dinero que había en la caja fuerte.
Las investigaciones que inicialmente ha comenzado a realizar la comisaría del distrito de Chamberí se orientan ahora a tratar de identificar a los autores del butrón. Todos los indicios existentes hasta el momento hacen pensar que se trata de un grupo de cuatro o cinco individuos, especializados en este tipo de golpes.
Un vigilante
La facilidad con que los frustrados asaltantes lograron darse a la fuga hace creer a los investigadores que dichos individuos son unos perfectos conocedores de los corredores subterráneos que surcan la capital.
Una de las hipótesis que maneja la policía indica la posibilidad de que los autores del hecho pretendieran introducirse en la entidad bancaria durante el largo fin de semana pasado y quedarse encalomados (ocultos) hasta mañana, martes.
Es posible que el plan de los asaltantes consistiera en sorprender y reducir a los empleados, conforme fuesen llegando a su puesto de trabajo, y posteriormente forzarles a que abrieran la caja fuerte, dotada de un sistema de apertura retardada. Desde que se descubrió el túnel, la dirección del Banco Central ordenó que un vigilante jurado esté permanentemente dentro de la oficina de la plaza de Olavide.
Hace unos años, una organización de quinquis asaltó por dos veces consecutivas una oficina del Banco de Santander sita en la plaza de Cascorro, a la que accedió por el alcantarillado. La policía no ha precisado aún si el robo frustrado ahora tiene conexión con dicha banda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.