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LA MAESTRANZA

Julio Aparicio se cayó del cartel

La máxima expectación de las dos novilladas postferia se había concentrado en el debú de Julio Aparicio. Buenas referencias de los que le han visto, y una bien orquestada campaña de publicidad, habían centrado el máximo interés de la afición en el novillero sevillano. Sin embargo, éste se cayó del cartel. El sábado había toreado en Ávila, sin que las agencias dieran cuenta de percance alguno. El anuncio oficial de la empresa indicaba, no obstante, que estando lesionado Julio Aparicio no podría participar en el festejo, y sería sustituido por Antonio Cutiño, también debutante en La Maestranza con picadores. El ganado también sufrió alteración, pues en el reconocimiento desecharon dos novillos de Píriz, y fueron sustituídos por otros dos de Juan Pedro Domecq, lidiados en los dos primeros lugares.Manolo Corona es un novillero cuajado que torea con mucho gusto. A su primero lo toreó sobre ambas manos con temple y mando. Si su labor no brilló más se debió a la debilidad de su enemigo. También estropeó su compuesta faena con el descabello, en donde le contabilizamos hasta doce intentos. Al cuarto lo recibió con espléndidas veránicas, ganando terreno. Llegó el novillo muy quedado a la muleta, y el novillero, porfiando, consiguió muletazos de calidad. Estuvo por encima de las condiciones del novino.

Píriz / Corona, Peralta, Cutiño

Dos novillos de Juan Pedro Domecq, terciados y bravos, y cuatro de Bernardino Píriz bien presentados, de desigual juego. Manolo Corona: pinchazo hondo y doce descabeBos (ovación); estocada caida (vuelta). José Luis Peralta: dos pinchazos, estocada caída y descabello (palmas); pinchazo y estocada (ovación). Antonio Cutiño: dos pinchazos, siete descabellos y aviso (silencio); pinchazo y estocada (vuelta).Plaza de la Maestranza, 1 de mayo.

Toreo valiente

José Luis Peralta, sobrino de los rejoneadores de La Puebla, no consiguió centrarse con su primero, un tanto pegajoso, al que había que mandar lejos para colocarse nuevamente. El viento también estorbó su labor. El quinto, que gazapeaba incómodamente, lo toreó con valentía, que no sufrió merma pese al serio revolcón que le propiné. Novillo difícil, en el que Peralta estuvo por encima de su enemigo.Antonio Cutiño es muy valiente, pero da la impresión que ha toreado mucho ante el espejo. Rara vez manda en el novillo. Compone la figura, y el toro va a su aire y la muleta al suyo. Aprovecha mucho el viaje. Sus novíllos fueron nobles, y, por eso, afortunadamente, no sufrió un percance.

Ha de aprovechar Cutiño su valor y sus buenas maneras para templar y mandar más. Es la esencia del toreo. Estuvo más centrado en el sexto que en el tercero. Lo toreó en el tercero con la derecha con algo más de temple, sin que en los pases naturales, instrumentados con poco sosiego, consiguiera domeñar la embestida un tanto violenta de su antagonista.

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