El sentimiento lírico de Claudio Prieto
El máximo interés de la semana sinfónica madrileña lo acapararon la Orquesta y Coro Nacionales, dirigidos por Jesús López Cobos y con la colaboración de la soprano Enedina Lloris, al programar la Rosamunda, de Schubert, y estrenar el Concierto de amor de Claudio Prieto (Muñeca de la Peña, Palencia, 1934), protagonizado por el violonchelista Pedro Corostola. Adelantemos que el éxito acompañó a una y otra obra, con lo que todos los intérpretes, así como el compositor Claudio Prieto, reafirmaron su reconocida categoría.La partitura de Prieto en esta obra, Concierto de amor, es grande y ambiciosa; está dominada por un sentimiento lírico teñido de melancolía que prolonga su expresividad en la difícil y hermosísima parte solista. Pedro Corostola la recreó, vivificó y enalteció al máximo desde su bellísimo sonido, su exactitud de concepto y su poderosa técnica virtuosista.
Orquesta y Coro Nacionales de España
Concierto de amor, de Claudio Prieto. Director: Jesús López Cobos. Solistas: E. Lloris (soprano) y P. Corostola (violonchelo). Obras de Schubert y de Claudio Prieto. Teatro Real, 23 de abril.Orquesta Sinfónica de RTVE Director: Miguel Ángel Gómez Martínez. Solista: J. M. Pinzolas (piano). Obras de Turina, Manuel de Falla y Schumann. Teatro Real, 21 de abril.
Sin obediencia estricta a ningún esquema tradicional, el concierto responde a la idea de un incesante fluir en el que solista y orquesta dialogan o se oponen, se integran o antagonizan para mejor servir a la ideología principal, a la sustancia musical que el compositor de Al poeta, al fuego, a la palabra, sobre texto de Vicente Aleixandre, o Canto de Antonio Machado, sintió nacer en su intimidad al calor de los versos de San Juan de la Cruz, Gustavo Adolfo Bécquer o Pablo Neruda: esto es, el continuo histórico de la lírica amorosa en lengua castellana.
Objetivación poemática
Es muy bello el juego orquesta violonchelo, pues mientras éste marcha en su lírico andamento con obstinado melodismo, aquélla parece frenar el movimiento para incitar a la voz principal desde muy diversos acontecimientos sonoros ricamente coloreados o sutilmente mates.
En conjunto el concierto es algo así como la objetivación poemática de la poesía amorosa española. El público respondió entusiasmado y conmovido a cuantas propuestas le hacía el autor, y la versión, dirigida por Jesús López Cobos, gozó de claridad, fidelidad y aprehensión del espíritu que determina la letra.
La música de Schubert para Rosamunda fue escrita para una pieza de la mediocre poetisa pero mujer de gran cultura Guillermina von Chézy a partir de diversos textos que van desde el inicial de Paulo Diácono (786) y la tragedia de Rucellai (1516) a Morirpensando en matar, de Rojas Zorrilla (1607-1648). Se trata de una decena de números, sinfónicos los más pero con una aria que cantó ahora con primor la soprano Enedina Lloris y tres coros, a lo que se suma la obertura originariamente escrita para El arpa mágica.
Música de sutilidades, impulsada por el lied y teñida de la característica colaboración orquestal schubertiana, resulta de extraordinario atractivo, más sí se nos da en una versión tan acertada como la que valió a López Cobos, al coro, a la orquesta y a la solista largos aplausos.
Falla
La Sinfónica de Radiotelevisión, dirigida por Miguel Ángel Gómez Martínez (cariñosamente recibido por el público), mterpretó obras de repertorio como son La procesión del Rocío, de Turina, y la Sinfonía Renana, de Schumann, pero lo más destacado fue la visión magnífica que el pianista José María Pinzolas tiene de Las noches en los jardines de España, de Manuel de Falla.
La versión de Pinzolas resultó justa, cuidada de matices, bien fraseada e inmersa en el clima de encantamiento y misterio querido por su autor, y al mismo tiempo renuente a cualquier tentación pintoresquista o a los excesos del andalucismo jondo. Hubo muchos aplausos para todos.
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