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Misterioso asesinato en Portugal de un dirigente de la guerrilla mozambiqueña

El cuerpo acribillado a balazos del dirigente de la guerrilla mozambiqueña Evo Fernandes, desaparecido en Lisboa el domigo, fue encontrado el jueves por la noche en mi descampado a unos 10 kilómetros de donde cenó con un individuo que se hizo pasar por agente de los servicios secretos de Maputo, y que también se esfumó. El misterio está servido, con numerosas especulaciones sobre las causas del asesinato.

El cadáver de Evo, Fernandes, de 44 años, de nacionalidad portuguesa, fundador y ex secretario general de la Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), mostraba varias heridas de bala en la cabeza, el tronco. Hay persistentes rumores de que fue salvajemente torturado.Las autoridades portuguesas dudaron, desde el primer momento, de la hipótesis del secuestro y posterior envío de Fernandes a Mozambique, hecha circular por familiares y amigos del desaparecido.

El jueves, la policía portuguesa se mostraba convencida de que Fernandes vio había salido de Portugal en el vuelo directo que partió hacia Maputo en la noche del lunes, o vía Madrid y Argel, como Ivete, la esposa del dirigente, declaraba haber sabido a través de los servicios secretos mozambiqueños.

Fernandes era considerado por muchos corno el verdadero cerebro de la organización que combate el régimen marxista de Maputo, desde la muerte, igualmente misteriosa, del primer secretario general de la Renamo, el también portugués Orlando Cristina, asesinado en Suráfrica en 1983. Era el jefe de la línea dura y principal responsable del fracaso del intento de reconciliación de la Renamo con los actuales dirigentes mozambiqueños, patrocinada por Pretoria.

Las posiciones de Fernandes, hostiles a cualquier negociación con el régimen del presidente Joaquim Chissano, llevaron a que se recibieran con incredulidad las afirmaciones de sus familiares según las cuales el ex secretario general de la Renamo preparaba un encuentro secreto entre dirigentes de la guerrilla y altos mandos militares mozambiqueños, que debería realizarse en Portugal la próxima semana. Sin embargo, las divergencias en él seno de la Renamo y, sobre todo, la reciente deserción del portugués Paulo Oliveira, ex portavoz de la organización, que se entregó en Maputo, impiden toda conclusión definitiva.

La opinión portuguesa está dividida. La derecha acusa al Gobierno de Maputo o a un sector radical; la izquierda prefiere creer en un ajuste de cuentas entre faciones rivales de la Renamo.

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Una de las hipótesis es que se ha tratado de un intento de crear dificultades en las relaciones entre Portugal y Mozambique, cuando se produce un acercamiento que culminará este año con una visita a Maputo M primer ministro, Cavaco Silva.

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