Relaciones con Suráfrica
Es triste observar la incomprensión que rodea al Gobierno español en el asunto de las relaciones con Suráfrica.Bien es cierto que el régimen surafricano es execrable por su política racista, que condena a la gran mayoría de sus súbditos a una vida miserable a pesar de ser el país más desarrollado de África; que no repara en medios para eliminar a sus oponentes políticos, pues ni siquiera los niños -12.000 de los. cuales han sido detenidos y muchos de ellos torturados- escapan a la ¡mplacable represión.; que impide el desarrollo de los, países-vecinos con medidas de desestabilización económica y agresiones militares, y que se ha apropiado ilegalmente del territorio de Namibia y lo está vaciando a pasos agigantados de sus riquezas naturales.
Pero nosotros, los españoles, también tenemos que preservar nuestro preciado bienestar. ¿Por qué no hemos de comprar carbón surafricano si es el más barato del mercado, aunque ello se deba a los ínfimos salarios de los mineros negros? ¿Hemos de resignarnos a comer menos merluza o pagar un poco más por ella sólo porque nos la vende quien no debe? ¿Hemos de renunciar a la posibilidad de visitar como turistas un país tan bello? En fin, no quiero alargar la lista de penosas restricciones que habríamos de soportar si hiciésemos caso a los que reclaman sanciones contra Suráfrica.
Es de lamentar el enorme padecimiento de los pueblos de África austral, pero no podemos llegar a tanto en nuestro sacrificio.
Desde aquí quisiera alentar al Gobierno a no desmayar en su ingrata tarea de hacer comprender a los ciudadanos las poderosas razones de Estado que nos asisten para la salvaguardia de los sacros principios del libre comercio y la optimización del beneficio por encima de consideraciones menores o ajenas al interés nacional, como los derechos humanos.-
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