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El Ayuntamiento no autorizó en 1981 una manzana de sólo ocho plantas en el solar de las torres de KIO

El Ayuntamiento de Madrid no concedió en 1981 la licencia de obras para construir manzana de sólo ocho plantas en uno de los solares donde están previstas las dos torres de 27 pisos del grupo KIO, en la plaza de Castilla. Técnicos municipales señalaron ayer que el proyecto no fue aceptado por considerarlo de una densidad excesiva, aunque la corporación estuvo a punto de autor¡zarlo. El proyecto quedó congelado en 1983 como consecuencia de la redacción del nuevo plan general. Sin embargo, el desarrollo posterior ha permitido en la zona unas edificaciones mucho más impactantes.

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El plan general fijaba una altura máxima de 14 plantas para los edificios siete meses antes de su aprobación definitiva

El proyecto de Urbanor para la manzana oeste de la plaza de Castilla fue realizado por el arquitecto Juan Antonio Ridruejo en 1981. Se trataba de un edificio de ocho plantas, con patio interior y fachadas acristaladas en forma de miradores, que ocupaba gran parte de los 11.600 metros: cuadrados del solar. La superficie edificable -60.000 metros cuadrados era prácticamente la misma que contempla el actual estudio de detalle del solar en el que se levantará una torre de 27 plantas.Urbanor, que adquirió el solar en 1957 mediante una permuta de terrenos con la Comisaría de Urbanismo, solicitó la licencia de obras del citado edificio en 1981. La constructora no recibió en dos años ninguna respuesta por parte del Ayuntamiento.

El proyecto quedó finalmente suspendido en 1983, ya que la redacción del Plan General de Ordenación Urbana obligó a cancelar todas las solicitudes de obras que se: encontraban en trámite en esos momentos.

Al mismo tiempo, el plan general salió a información pública con un hecho que no pasaron por alto los responsables de Urbanor: la superficie edificable en los dos solares quedaba reducida, al calificarse como zona verde una. parte de la parcela este.

La constructora presentó entonces un recurso ante el Ayuntamiento por la no concesión de la licencia solicitada en 1981 y un amplio surtido de alegaciones al plan general reclamando la edificabilidad original.

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Ambas partes Regaron poco después a un acuerdo. Urbanor aceptó retirar su recurso por no haber recibido respuesta a su solicitud de licencia y renunció definitivamente a su proyecto original para edificar en la zona, aceptando la convocatoria de un concurso público de anteproyectos que tendría que incluir necesariamente la construcción de un intercambiador de transportes. A cambio, el Ayuntamiento garantizaba a la constructora una edificabilidad de 125.000 metros cuadrados. Urbanor se comprometió también a aportar el 15% del valor del solar al Ayuntamiento.

"S¡metrías pueriles"

Eduardo Mangada, actual consejero de Política Territorial y concejal de Urbanismo entre 1979 y 1981, no siente simpatía por las torres gemelas de la plaza de Castilla. "A veces, las simetrías son la expresión de la puerilidad" afirmó ayer al referirse al proyecto. El consejero señaló, en cambio, que el proyecto no viola las directrices del plan general.

Mangada fue el padre del avance del plan general. Este documento, previo a la aprobación final del plan, recogía una ordenación de la manzana oeste similar al proyecto inicial de Urbanor: ocho plantas y una edificabilidad de 60.000 metros cuadrados.

El avance dejaba para una posterior decisión el futuro de la manzana este, aunque Urbanor contaba ya con un proyecto, también realizado por el arquitecto Juan Antonio Ridruejo, que preveía la construcción de una torre de 16 plantas.

Eduardo Mangada era partidario de diferenciar claramente la utilidad de los dos solares. El entonces concejal de Urbanismo propuso la creación en la manzana este de una zona verde y un gran intercambiador de transportes, aprovechando la proximidad de la estación de Chamartín.

El estudio de detalle actual prevé, sin embargo, la creación del intercambiador de- transportes en la manzana opuesta, junto a las cocheras del Metro. Fuentes del Consorcio de Transportes señalan que el intercambiador "pierde toda su funcionalidad" con la ubicación definitiva, pues está lejos de la estación de Chamartín y de las bocas del metro.

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