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Tribuna
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Consideraciones sobre la fiesta

Desconozco el origen de la lídia, aunque he leído alguna vez que en el Mediterráneo el toro ha ocupado un puesto importante en la mitología. La cría de estos animales es muy antigua en Andalucía y, recientemente, hasta hoy, la mayor parte de la ganade ría se encuentra en esta tierra, de donde son muchos de los toreros y, más aún, los componentes de las cuadrillas. La relación con ferias, música y costumbres anda luzas es bastante evidente, y la afición a estos espectáculos en Andalucía también.No me extrañaría que hubie se ocurrido en otros tiempos algo similar a lo que sucede hoy La expansión de costumbres andaluzas, como música, canto, baile, ferias y romerías ha llevado a denominar canción española a lo que es copla andaluza, y e de temer que, a no tardar, las sevillanas pasen a llamarse españolas, y ferias como las de Sevilla y Jerez, ferias nacionales. La nacionalización de la llamada fiesta es además un claro ejemplo de imperialismo, porque las corridas de toros no sólo existen también en Portugal, sino en toda Latinoamérica. La capacidad de apropiación en un Estado, que continúa siendo para muchos una sola nación centralizadora, es mu, considerable.

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Todo lo anterior no significa que yo comparta los presupuestos de las corridas de toros por las razones que explicaré, pero tampoco impediría mediante prohibición que los aficionados puedan contar con ese espectáculo.

El primer elemento que debe analizarse es el humano, y nos encontramos con el torero, muchacho pobre que alcanza la fortuna y pasa a ser, por lo general, un rico terrateniente que (especialmente en la época anterior) hasta adquiere ciertos hábitos señoritiles, aunque no todos llegaban y algunos quedaban en el camino. El recurso de que "se trata de una elección libre conociendo los riesgos" habría que contrapesarlo con la situación económica originaria y con determinadas presiones de una sociedad en la que se ha deseado entrar.

El riesgo se extiende, en mayor o menor medida, a la cuadrilla, y, por otra parte, la falta de infraestructura sanitaria y de carreteras en Andalucía queda patente en más de una ocasión. De todas formas, es justo reconocer lo que hay de arte en el toreo y, una vez más, relacionarlo con Andalucía (escuela rondeña, sevillana, cordobesa, etcétera).

Después están los animales en liza. Al caballo se le somete a un alto peligro y al toro se le tortura, y esto hay que decirlo así de claro. Pero también es preciso recordar, sin que sirva de justificación en ningún caso, la cantidad de manifestaciones y prácticas cruentas hacia los animales (caza, carreras, peleas, etcétera), sin contar las continuas matanzas, a veces con tortura innecesaria, para la alimentación humana. Y en una defensa del pacifismo y la no violencia hay que incluir, con las corridas de toros, otros espectáculos y deportes donde la agresividad entre los espectadores, en ocasiones provocada, motiva no pocos accidentes.

Finalmente, en tomo a los toros hay, con frecuencia, especulación, lucro capitalista, picaresca, etcétera, que no entra en mis planteamientos, aunque, como dije al principio, yo no estoy por la prohibición, pero sí, al menos, por determinadas modificaciones.

Francisco Casero es líder jornalero, ecologista y pacifista.

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