El mimo Marcel Marceau inicia una gira por España

El mimo Marcel Marceau inicia hoy en el teatro Albéniz de Madrid una gira por varias ciudades españolas en la que presentará dos espectáculos de pantomimas. En conferencia de prensa, Marceau explicó que va a actuar en Pamplona, Alicante, Valencia y Santa Cruz de Tenerife. Participan en el espectáculo tres de sus alumnos, Scott Malcolm, Jean Luc jalmiche y Bogdan Nowak, graduados en la Escuela Internacional de Mimodrama que Marcel inauguró en París en 1978, porque "un arte no puede vivir sin escuela". En ella se imparten, además de pantomima, otras disciplinas visuales, danza clásica y contemporánea, jazz, esgrima y acrobacia.Mimodrama es el término que Marceau inventó para establecer la diferencia con la pantomima del siglo XIX. Las maestros de Marceau -Delcroux, Barrault y Dullin- le enseñaron la gramática de la pantomima, pero él afirma haber inventado una nueva. "Esta es mi aportación al teatro contemporáneo", dice. Marceau, que estuvo ligado a la Resistencia francesa, comenzó su carrera en los ambientes bohemios: "Resolví que la pantomima sería mi forma de expresar la fuerza del silencio". En 1947 inventó a su personaje Bip y, cuando en los años sesenta se hizo popular, consiguió el renacimiento del mimo teatral.

Marcel ha buscado siempre la superación y renovación de las posibilidades expresivas del gesto, pero manteniendo el rigor y la precisión formal que heredó de Etienne Delcroux, quien fue, dice, "el constructor del mimo moderno".

A España trae el mismo programa con el que consiguió en diciembre último llenar el teatro de los Campos Elíseos en París. "Las pantomimas de estilo", dice, "son variaciones sobre temas de la vida que no caracterizan a un solo personaje, son simbólicas, líricas y metafísicas, son la fuerza de mi arte".

El programa incluye historias de Bip: "Es parecido al Quijote; se pelea con los molinos de viento de la vida". También se parece a Chaplin o Pierrot: muestra el realismo poético, pero es un personaje de nuestra época; aunque conserva el rostro blanco de la pantomima del siglo XIX, su traje ya le imprime una renovación, un carácter de nuestros días.