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FEVE deberá pagar una indemnización de 112 millones por un accidente de tren

El juzgado de distrito de Siero (Asturias) ha condenado a la empresa Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE) al pago de 112 millones de pesetas en concepto de indemnización a las víctimas de un accidente ocurrido el 10 de septiembre de 1986, en el que hubo tres heridos graves y 40 de diversa consideración.

En la sentencia, divulgada esta semana, el juez considera probado que el tren iba a una velocidad excesiva y condena al conductor, Gonzalo Corral, a una multa de 25.000 pesetas por imprudencia simple, y a la empresa, al pago de las indemnizaciones con carácter subsidiario. La dirección de FEVE no ha manifestado si recurrirá, porque aún no dispone de la sentencia condenatoria.Una de las víctimas, Isolina Blanco Llerante, casada y con hijos, permanece en estado de coma desde aquella fecha. Su familia percibirá ahora 62 millones de pesetas -por la indemnización y los gastos de hospitalización-, y el resto hasta los 112 millones es para los demás afectados.

El sumario de este caso se incoó por la denuncia conjunta de los viajeros que resultaron heridos. El tren descarriló en una curva cuando iba a 80 kilómetros por hora, sin respetar la señalización que obligaba a circular a menos de 40 por hora, por una vía próxima a Oviedo, aunque todavía en el concejo de Siero. La sentencia también establece que el maquinista frenó antes de entrar en la curva, lo que provocó el descarrilamiento. No hubo ninguna víctima mortal, aunque sí tres heridos graves.

La empresa FEVE reconoció el exceso de velocidad como causa del siniestro, y de hecho despidió al conductor, Gonzalo Corral, a quien tuvo que readmitir posteriormente por una sentencia de Magistratura de Trabajo que declaró nula la actuación de la empresa.

Exceso de velocidad

Se da la circunstancia de que en noviembre del año pasado FEVE sufrió varios accidentes en Asturias, como el que ocurrió en Ceceda, en la misma línea de Siero y por la misma causa, el exceso de velocidad.En el descarrilamiento de Ceceda perdieron la vida cuatro personas y otras siete resultaron heridas. El maquinista del tren declaró en el mismo lugar del accidente que había objetos extraños en la vía. Sin embargo, aquella misma noche, el 15 de noviembre pasado, el presidente de la compañía, Joaquín Martínez Vilaseca, anunció que, según las primeras impresiones técnicas, el descarrilamiento había obedecido a un exceso de velocidad. Ahora el informe técnico efectivo del propio ferrocarril, divulgado por el diario La Nueva España, de Oviedo, confirma la impresión inicial acerca de que el siniestro se produjo por exceso de velocidad. El informe ha sido remitido al juzgado de Cangas de Onís, que instruye el sumario de este caso.

El convoy realizaba el trayecto entre Oviedo y Bilbao y estaba ocupado por unas treinta personas. Las labores de rescate fueron muy complicadas debido al estado en el que quedaron los tres vagones.

El tren descarriló al tomar una curva en la que la velocidad aconsejada era de 40 kilómetros por hora, y uno de los vagones se precipitó a un río. La vía había sido acondicionada poco antes y se encontraba en perfectas condiciones, por lo que los técnicos han descartado cualquier fallo mecánico.

El juez instructor ha examinado con detalle la posibilidad de que pudiera haber algún elemento extraño en la vía.

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