Lafontaine propone combatir el paro en la RFA reduciendo jornada y salarios

El presidente del Estado federado alemán occidental de Sarre y vicepresidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Oskar Lafontaine, ha hecho estallar una bomba política que conmociona los cimientos de las relaciones entre los sindicatos y la socialdemocracia y ha puesto de actualidad un ignorado problema de la clase política: el desempleo. Lafontaine ha propuesto reducir la jornada laboral, con renuncia de parte del sueldo, como aportación a la nueva creación de empleo.

La renuncia a parte del sueldo sólo afectaría a los asalariados de ingresos medios y altos. Los que tengan un salario inferior a los 3.000 marcos brutos (210.000 pesetas) verían reducida su jornada sin merma salarial.Así y todo, la propuesta de Lafontaine ha levantado una ola de indignación en los sindicatos. El presidente del podersoso sindicato del metal, Franz Steinkühler, declaró que las propuestas de Lafontaine "abren una crisis en las relaciones entre los sindicatos y el SPD", al que pregunta si quiere convertirse en "un partido ecolibertario sin rostro ni historia" abandonando su tradición obrera.

Dirigentes sindicales, la mayoría miembros o simpatizantes del partido de Lafontaine, han calificado su propuesta pública de "puñalada en la espalda de los trabajadores". Subrayan que la aportación solidaria para la creación de empleo debe realizarla la patronal y el capital, cuyos beneficios se han disparado en los últimos años y que serán los beneficiarios netos de la reforma fiscal que prepara el Gobierno conservador-liberal. Según señalan, con su propuesta, Lafontaine carga sobre los trabajadores la responsabilidad de soluciones al desempleo que atañen al Gobierno y a la patronal.

"Momento inoportuno"

Otros han criticado el "momento inoportuno" de plantear esta iniciativa para la creación de empleo. Otros muchos, sin embargo, consideran que el líder socialdemócrata ha hecho una gran aportación al debate sobre el nuevo tipo de sociedad posindustrial, y lo aplauden ya como gran estadista" y "promesa de la izquierda moderna y real".En todo caso, por primera vez desde hace muchos años, Lafontaine ha logrado situar en el centro del debate político en la República Federal de Alemania el problema de los más de dos millones de parados en la sociedad mas rica y desarrollada de Europa. Se trata del ataque frontal mas efectivo contra lo que se ha dado en denominar la "sociedad de los dos tercios", en la que dos terceras partes disfrutan de puestos de trabajo, prosperidad, crecimiento económico y estabilidad monetaria mientras una amplia minoría sufre el desempleo y el desmantelamiento de la red social. Además, subraya que la lucha contra el desempleo no es sólo tarea de los políticos, sino también de ambas partes sociales, patronal y sindicatos.

Lafontaine, el joven líder de la izquierda socialdemócrata, siempre está dispuesto a dar sorpresas. Los aplausos los ha cosechado Lafontaine en el centro y la derecha, donde hasta ahora se le tenía como el Robespierre Izquierdista del SPD, pero también en sectores de la socialdemocracia que critican el anquilosamiento ideológico de los sindicatos unitarios alemanes.

Desde hace años, la Federación de Sindicatos Alemanes (DGB) reivindica la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales con plena retribución salarial. En algunos sectores industriales, como en la siderurgia, la reducción a 38,5 horas ya se ha impuesto. Según algunas estimaciones, esta medida ha propiciado la creación de entre 70.000 y 80.000 empleos.

Según Lafontaine, es justo que la merma en la retribución que sufren los parados -la diferencia entre sueldo y el seguro de desempleo o ayuda social- sea repartida entre la patronal y la población laboral activa con ingresos medios y altos.

El dirigente socialista solicita también la "revalorización" de los trabajos no remunerados e indispensables, como los trabajos del hogar o la formación profesional.