La intransigencia norteamericana hizo fracasar la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo

La 29º asamblea anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha fracasado tras la conclusión de las deliberaciones de su corporación financiera sin ningún acuerdo, en un ambiente de pesadumbre y frustración como consecuencia de la confrontación entre Estados Unidos y los países latinoamericanos. El objetivo de la asamblea, que reunió a 2.000 banqueros y financieros del mundo entero, era reponer el capital del BID para dar apoyo a los proyectos crediticios de la institución con los países del continente americano. Sin embargo, la meta no se alcanzó por la intransigencia asumida por la representación estadounidense.

Allen Wallis, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos de EE UU, y David Mulford, subsecretario de Tesoro de EE UU, echaron un jarro de agua fría en las expectativas de los latinoamericanos cuando declararon que su país se oponía a la reposición de fondos del BID si antes no implantaba condiciones a los préstamos que otorga a la región y si no concedía poder de veto a Estados Unidos.La postura norteamericana marcó la tónica agria del debate de tres días de la asamblea. Incluso provocó la crítica del presidente Jaime Lusinchi en la instalación de la reunión cuando rechazó las pretensiones de la delegación del Gobierno de Reagan. En la controversia, los representantes de Estados Unidos estuvieron a punto de abandonar la asamblea desde el inicio, manifestando su disgusto con su ausencia en la clausura.

El uruguayo Enrique Iglesias, presidente del BID, anunció que este año de ningún modo será posible reponer nuevo capital al banco, el cual no tendrá otro remedio que seguir funcionando como una institución pequeña, que se manejará con el doble capital acumulado con los prepagos por créditos que hagan sus socios y algunos saldos pendientes.

Dijo Iglesias que "esto es una realidad que hay que reconocer en este momento y que otorga una dimensión precisa". Subrayó que 1988 será un año de transición, donde "ya hemos iniciado gestiones para obtener recursos adicionales de los socios extrarregionales, como Japón y otros países asiáticos; pasaremos el banco, de una institución proyecto, a una institución de préstamo sectorial, donde el BID no deberá ignorar el tema de la deuda externa y su aporte para alivio de la misma".

El nuevo presidente del BID se comprometió a iniciar inmediatamente un diálogo bilateral con cada uno de los países miembros del banco, a fin de concertar la séptima reposición de capital sin convocar por ahora a los órganos regulares, sino cuando sea necesario.

El representante de Japón, Toyoo Gyohten, fue el polo opuesto de Estados Unidos, al ofrecer sin condiciones un fondo especial de 200 millones de dólares al BID (similar al establecido con el Banco Mundial) para que los países latinoamericanos puedan tener asistencia técnica para su desarrollo.

Oposición española

Al igual que los europeos y Japón, España mantuvo una postura contrastante con la dureza de Estados Unidos. Pedro Pérez Fernández, secretario general de Comercio del Ministerio de Economía y Hacienda y gobernador suplente por España ante la 29º asamblea anual del BID, sostuvo que "no vemos ni la necesidad ni la conveniencia de introducir la condicionalidad como política del banco, al menos en la conceptuación que ésta tiene en otros organismos multilaterales".El representante español se rnostró partidario de movilizar recursos adicionales para su utilización en la región a través de ingeniosos sistemas de coparticipación, mientras se espera la ampliación de capital del BID. En este sentido, anunció la actitud positiva de España para aportar recursos, bien mediante la fórmula de un acuerdo de cofinanciamiento, bien mediante la participación española en la constitución de un fondo ad hoc por parte de los países extrarregionales.

Pérez Fernández afirmó haber percibido desde su llegada a Caracas la necesidad de la ilusión del cambio entre los países del continente americano, las naciones no prestatarias y la propia administración del banco. "Ese cambio será posible en la medida que se acometan las necesarias reformas institucionales, se respete el carácter multilateral de esta institución y no se olvide que este banco se creó para satisfacer las necesidades legítimas de los países latinoamericanos y del Caribe. Por consiguiente, escuchar sus demandas y aspiraciones es totalmente indispensable para saber que vamos a seguir el buen camino".

Dirigiéndose a Enrique Iglesias, el nuevo presidente del BID, señaló que "puede tener la seguridad de que en la difícil tarea que tiene por delante cuenta con el apoyo entusiasta de mi Gobierno y de mi país".

La próxima asamblea del BID se celebrará en Holanda en marzo de 1989.