Los trabajadores de Peugeot-Talbot pasan factura

Veinte días en huelga llevan los trabajadores de Peugeot-Talbot, un conflicto casi tan largo como el de 1980, que todos vivieron porque apenas ha habido nuevos ingresos. La nómina que cobran se ha visto reducida a 20.000 pesetas, 30.000 como mucho, pero están dispuestos a resistir y hacer comprender a la dirección que en su día asumieron los tiempos de ajuste y ahora quieren participar en las vacas gordas. Saben que 1987 ha sido un año récord en ventas de coches, similar a 1975, año del boom del automóvil, y que su empresa ha obtenido 7.000 millones en beneficios, cifra muy superior a las previsiones del plan de reconversión firmado hace tres años y que ha permitido superar la crisis. Y piden un aumento del 6,5%.

La factoría de Villaverde seguirá en huelga durante dos semanas si el convenio colectivo no se desbloquea. Como cada mañana de paro, los trabajadores volverán a la puerta de la empresa. Un grupo numeroso permanece allí las 24 horas del día y de la noche para vigilar que no entren camiones con piezas procedentes de las factorías francesas.Un trabajador que prefiere no identificarse, con el frío reflejado en el rostro tras muchas horas a la puerta de la factoría, describe así la situación: "La dirección no se aviene a razones. Cuando hay beneficios hay que compartirlos, porque dejamos nuestra sangre".

José Manuel Feito, presidente del comité hasta que hace tres meses pasó a formar parte de la dirección del Metal de CC OO y que ha negociado los convenios de los últimos años, entiende que estas negociaciones son especialmente duras. La multinacional francesa PSA ha introducido cambios en la gerencia de la factoría española y parece que los nuevos directivos han olvidado las promesas hechas por los anteriores. Aquéllos pidieron sacrificios a los trabajadores por la grave crisis que atravesaba la empresa y aseguraban que tendrían compensaciones cuando las condiciones mejoraran.

Hoy, Peugeot-Talbot tiene los sueldos más bajos del sector. Los trabajadores de la Renault cobran 400.000 pesetas anuales más en cualquiera de las categorías, pese a que antes de la crisis las dos empresas eran las que mejor pagaban. En 1975 la plantilla era de 15.000 trabajadores, el doble que la actual.

La impresión de los trabajadores consultados es que la dirección, que plantea que aún sobran 900 trabajadores, quiere reducir la fuerza del comité de cara a la finalización del plan industrial. Mientras tanto, los representantes sindicales quieren cerrar bien el convenio para afrontar el futuro y que se defina qué va a pasar con los nuevos modelos, dado que del Peugeot 405 no se hace ni una pieza en esta factoría y del 309 sólo se prevén algunas modificaciones.

El conflicto en la factoría de Villaverde (Madrid) se inició con la primera convocatoria de huelga -para los días 27 y 28 de enero- y otras seis jornadas durante el mes de febrero, los días 2, 3, 4, 9, 10 y 11. A partir de esa fecha han parado cada semana cuatro días y sólo trabajan los lunes o los viernes, según va decidiendo la asamblea.

Ruptura total

Las negociaciones del convenio apenas se han limitado a cinco reuniones y la ruptura total del diálogo se produjo a mediados del pasado mes de enero. La representación empresarial ha dejado claro que se deben respetar los acuerdos firmados a finales de 1985 en el plan industrial y que tienen vigencia hasta diciembre de este año. Allí se fijaban aumentos salariales del 92% del IPC para 1986, el 100% para 1987 y el 105% para 1988.El comité y los trabajadores piden ahora una reducción de jornada y que se revisen esos incrementos a la vista de los resultados de la aplicación del plan industrial: se han superado las previsiones de producción - 100.000 unidades anuales- en 12.000 unidades durante 1986 y 15.000 unidades en 1987, y los beneficios, 2.000 millones de pesetas en 1986 y 7.000 el pasado año.