Un tribunal mantiene internado a un enfermo mental en contra de la opinión de los médicos

José Gaitán Rosales permanece ingresado desde 1979 en el hospital psiquiátrico penitenciario de Carabanchel en contra del criterio de los facultativos, que han solicitado en repetidas ocasiones a la Audiencia de Barcelona la autorización para dar de alta al paciente. Gaitán se encuentra a disposición de la Sala Cuarta de lo Penal de dicha Audiencia, tribunal que sobreseyó las causas penales que existían contra él. Ahora la fiscalía ha requerido a la sala que ordene el alta.

José Gaitán es natural de Almería, pero durante unos años vivió en l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). La policía le detuvo el 25 de abril de 1977 por agredir a un vecino durante una riña en la que también resultaron lesionados los policías municipales que intentaban detenerle. La agresividad de Gaitán requirió la presencia una dotación de la Policía Nacional, a la que también se resistió. Por estos hechos, Galtán, que según un auto judicial era un vagabundo, fue procesado por el delito de atentado.

El 4 de noviembre del mismo año, Gaitán protagonizó otro incidente también con la policía municipal de l'Hospitalet. En esta ocasión, se revolvió contra los agentes que querían impedir que recogiera un tablón de una montaña de escombros. El incidente acabó con su detención y con otra acusación de atentado. El detenido permaneció más de un año en prisión provisional por estos hechos y, finalmente, cuando el sumario llegó a la Audiencia, el tribunal decidió dictar auto de sobreseimiento libre en diciembre de 1979.

Aunque Gaitán quedó libre de las acusaciones, no pudo disfrutar de la libertad porque el tribunal ordenó su internamiento en el psiquiátrico de Carabanchel en aplicación del artículo 8.1 del Código Penal.

Según este artículo, un acusado puede quedar exento de responsabilidad criminal por enajenación mental, situación en la que el tribunal puede decretar su ingreso en un psiquiátrico. El mismo precepto señala que el tribunal podrá sustituir el internamiento a la vista de los informes de los facultativos que asistan al enfermo.

Gaitán sufre una alteración psíquica denominada esquizofrenia catatónico paranoide, según diagnóstico del penitenciario de Carabanchel. Este trastorno provoca ideas delirantes y alteraciones en la psicomotricidad de la persona que lo sufre. Además, el enfermo puede presentar un estado agitado continuo o, por el contrario, adoptar una actitud de absoluta pasividad, llegando al extremo de quedar inmóvil.

Durante seis años, desde 1979 a 1985, ni los facultativos ni el tribunal hicieron ningún requerimiento sobre la estancia de Gaitán en el centro psiquiátrico. En 1985, el hospital remitió un escrito a la Audiencia de Barcelona informando al tribunal del estado del paciente. Los facultativos subrayaban que Gaitán podía ser dado de alta del centro para trasladarle a Almería, su ciudad natal. No obstante, los médicos indicaban que Gaitán debería seguir en tratamiento psiquiátrico, pero disfrutando de un régimen de vida no tan riguroso como el de Carabanchel.

Estos oficios se repitieron en 1986. El pasado año el centro remitió varias comunicaciones a la Audiencia de Barcelona, siempre solicitando el traslado de Gaitán. Sin embargo, estas peticiones no fueron contestadas por lo que el centro sigue sin tener la autorización para el alta, requisito de obligado cumplimiento.

La situación de Gaitán puede variar ahora si el tribunal atiende la petición del fiscal que ha solicitado el alta de Carabanchel. La fiscalía de Barcelona ha llegado a conocer este caso al iniciar un estudio, por orden del fiscal general del Estado, Javier Moscoso, sobre todas las personas que se encuentran internadas en psiquiátricos de Barcelona y en otros centros, por órdenes dictadas por tribunales de esta provincia.