Los balances de Marcinkus
En la llamada glasnost (transparencia) vaticana falta, sin embargo, un punto central cuyo secreto, sigue en pie: los balances del IOR (Instituto Obras de Religión) o Banco del Papa, presidido aún por el ca careado arzobispo norteameri cano de origen lituano Paul Marcinkus.
La explicación que se da es que no se trata de un organismo de la Santa Sede. Pero lo cierto es que cuando se ha querido salvar a Paul Marcinkus de la cárcel por las acusaciones de la quiebra del Banco Ambrosiano se alégó que la Magistratura italiana no puede actuar contra una institución de la Santa Sede, según los pactos de Letrán.
De hecho, a pesar de todas las aventuras por las que ha pasado dicha banca papal, desde los escándalos de Michele Sindona hasta los de Roberto Calvi, se piensa que sigue siendo el organismo económico más floreciente del Vaticano.
El IOR es el que acaba al final tapando todos los agujeros de las deudas del Papa. Que su estado es floreciente lo demostró cuando hace dos años fue capaz de desembolsar nada menos que 240 millones de dólares. como ayuda al Estado italiano ("voluntaria") tras la quiebra del Banco Ambrosiano, del cual el Instituto Obras de Religión poseía un buen paquete de acciones.
Otro de los puntos que quedan en la sombra es dónde el Vaticano tiene invertidas sus acciones, en qué empresas y en qué países del mundo.
En cuanto al IOR, ya desde tiempos de Pablo VI sus balances resultaban un misterio para el mismo Papa.
Así lo había confiado un día a este corresponsal el difunto cardenal Giovanni Beneffi, entonces sustituto de la secretaría de Estado y hombre de confianza del papa Montini, que había sido su director espiritual.
Benelli luchó entonces ya contra el poderoso Paul Marcinkus para saber algo de lo que pasaba detrás de la banca del Papa sin que pudiera conseguirlo.
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