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Un 'tamtam' para 'Tonton'

Crece la 'mitterrandolatría' ante las elecciones presidenciales francesas

Lluís Bassets

Una nueva modalidad de culto a la personalidad acaba de aparecer en Francia, con motivo de la atípica campaña electoral que llevan a cabo los socialistas, en espera del nombramiento de su candidato a la presidencia de la República. El objeto de este culto es, naturalmente, el actual jefe del Estado, François Mitterrand, convertido, con sus 71 años, en una imagen ya venerable de presidente y abuelo por encima de todas las sospechas.

El lunes por la noche, los Comités de Apoyo a Frangois Mitterrand, al mando del ex ministro de Cultura Jack Lang, celebraron la primera gran misa de la mitterrandolatría, un festival musical, ante 6.000 personas en la sala Zenith, en conexión televisiva con reuniones semejantes en 50 ciudades francesas.El oficio audiovisual de súplica a Mitterrand para que vuelva a presentarse, empezó con una gran foto de la cantante Barbara y su voz, que entonaba: "Y mira cómo algo ha cambiado, un hombre con una rosa en la mano...". El hombre de la rosa apareció a continuación en la pantalla:, el día de su toma de posesión, en un vídeo que recoge el momento de su entrada a pie con la flor en la mano en el Panteón, una ceremonia de gran teatralidad con la que Mitterrand subrayó el inicio de su mandato presidencial. El grupo de jóvenes franco-magrebíes Carte de Sejour (Permiso de Residencia) entonó una canción que se está convirtiendo en el himno de los antirracistas, la popularísima Douce France, de Charles Trenet, cantada a ritmo de rock Grupos de África negra y de Israel redondearon a continuación la imagen de presidente integrador de todos los inmigrantes.

¡Viva François!

Las causas de la mitterrandolatría no hay que buscarlas exclusivamente en un cierto gusto francés por la monarquía republicana. El maestro de ceremonias del festival político, el periodista Bernard Langlois, identificado con la izquierda sin partido, explicó el motivo de fondo del apoyo entusiasta al veterano político: "No queremos dejar a Francia en manos de la derecha. Puesto que François Mitterrand parece decidido a presentarse de nuevo y que es quien tiene mayores posibilidades de ganar, pues entonces, ¡viva François Mitterrand!".La abundante propaganda dedicada a la exaltación de Mitterrand -quien es vinculado a la tolerancia, la integración de los inmigrantes y los derechos humanos- tiene como objetivo bien delinútado los votos juveniles y dentro de ellos los hijos de inmigrantes nacidos en Francia y por tanto con derecho a voto. Los bachilleres y universitarios que se manifestaron en noviembre de 1986, en uno de los movimientos estudiantiles más importantes e inesperados de los últimos años, son los votantes codiciados por los socialistas a los que se quiere atraer con una mezcla de música rock y sentimientos antirracistas.

Entre los jóvenes, Mitterrand ya es, desde hace casi dos años, Tonton, apelativo usado familiarmente en francés para designar al tío o a un amigo íntimo de una familia. Tonton, según un psicoanalista, es "el padre sin lo peor" ("le père sans le pire"), es decir, la imagen paternal sin las connotaciones autoritarias.

Uno de los cantantes africanos de la noche del Zenith definió en una frase redonda el carácter festivo de esta campaña suave y poco ideológica en favor del candidato implícito socialista, pidiendo "un tamtam para Tonton".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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