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Carme Riera gana el Premio Anagrama de Ensayo con un estudio sobre el núcleo de la generación de los 50

El trabajo relata las vivencias comunes de Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral y José Agustín Goytisolo

La escritora Carme Riera obtuvo ayer el Premio Anagrama de Ensayo con un trabajo sobre las relaciones humanas y literarias que, a finales de los cincuenta, mantuvieron Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma bajo la tutela teórica del crítico Josep Maria Castellet. El trabajo, titulado La Escuela de Barcelona, es una parte de la tesis doctoral de la escritora sobre la que trabajó cinco años.

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El jurado (integrado por Salvador Clotas, Hans Magnus Enzensberger, Romà Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater y Jorge Herralde) destaca en el acta del premio la detallada descripción "de la maniobra de promoción conjunta que sitúa a los tres poetas, de una vez por todas, ya que méritos no les faltan, en el panorama de la poesía castellana contemporánea como núcleo de la llamada Generación de los 50". En el libro se pasa revista a las tertulias que frecuentaron, las lecturas comunes (su vinculación a la revista Laie) y los rasgos igualmente comunes de su obra "y se llega a la conclusión de que es la amistad no sólo el nexo entre sus vidas sino también una clave de su literatura".Carme Riera explicó a este diario que presentó el libro bajo el seudónimo de Afrodita antibiótica y con un lema, -"Partidarios de la felicidad"- que, a su parecer, ilustra la tesis nuclear de la investigación. "Esta frase es un verso de Jaime Gil de Biedma que aparece en las memorias de Carlos Barral pero que se inven tó Gabriel Ferrater y a cuyo espíritu es fiel José Agustín Goytisolo".

Riera explica que hay una serie de coincidencias vitales entre los tres poetas: "sus ganas de pasarlo bien, de reivindicar la felicidad, la noche, la tertulia. La relación se inicia en los años cuarenta, en la Facultad de Derecho de Barcelona, y considero que el grupo se diluye en 1965. El momento clave, sin embargo, es 1959 y la figura central: el crítico Josep Maria Castellet. Aquel año, todos coinciden en Cotlliu re, en un homenaje a Antonio Machado, se encuentran en las conversaciones poéticas de Formentor y se fragua la antología de Castellet que los afianza como grupo". Aquel mismo año, explica Riera, los tres escritores acuden al Ateneo de Madrid donde se presentan como poetas catalanes que escriben en castellano y reciben el reconocimiento de sus colegas.

Operación de Castellet

"El trabajo de Castellet en Veinte años de poesía española es una operación de lanzamiento generacional similar a la protagonizada por la antología de Gerardo Diego con respecto a la generación del 27".Para la autora, los aspectos compartidos de sus biografías -las tertulias, por ejemplo- se reflejan en sus obras no únicamente como tema sino en el estilo, que acepta los tonos coloquiales. Riera considera que no puede rechazarse, a pesar de esa poética reivindicación de la frivolidad vital, un contenido social en sus poemas, "aunque no sean poetas sociales de la berza, sino de una manera distanciada, irónica". "Jaime Gil de Biedma tiene poemas de urgencia, por ejemplo, y, quizás, el más distanciado de una actitud militante sea Carlos Barral".

Compañeros de viaje de Jaime Gil de Biedma (1959), Claridad de José Agustín Goyúsolo (1960) y Diecinueve figuras de mi historia civil de Carlos Barral (1961) son los títulos que bendicen la teoría de grupo, "aunque el conepeto de Escuela de Barcelona sea un tanto exagerado. No hubo, en sentido estricto, una voluntad programática. Con todo, en 1960 o 1961, Barral pronuncia una conferencia en el País Vasco en el que defiende una poética realista inmediata muy lejana a lo que había escrito hasta entonces el propio Barral y lo hace claramente influenciado por su mentor, Castellet".

Carme Riera (1948) es profesora de literatura castellana contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona. Como escritora ha publicado Te deix amor la mar com a penyora (Te dejo amor la mar como prenda) y Jo pos per testimoni les gavines (Yo pongo por testimonio las gaviotas). Una primavera per Doménico Guarini fue premio Prudencia Bertrana de narrativa catalana en 1981 y acaba de publicar Qüestió d' amor propi.

Quedaron finalistas del premio: José Luis Pardo con La banalidad y Lola Gavarrón con El hábito hace el ánimo.

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