Reaccion contra Waldheim

Me gustaría introducir un nuevo enfoque más inteligente, racional y quizá también más justo sobre el escándalo Waldheim.1. Estoy seguro de que Waldheim en sus años mozos, lejos de dedicarse a actividades más provechosas para su formación, se encomendó en cuerpo y alma, quizá influido por la luna del momento, a participar en la guerra que por aquellos días, desgraciadamente, hacía furor en Europa.

Por otro lado, me atrevería a asegurar que un alto porcentaje de sus compatriotas compartieron sus aficiones juveniles. Me parece un poco impertinente el exceso de preocupación, a estas alturas del siglo, por juzgar el celo y dedicación que cada cual pusiese en el odioso empeño.

2. Me atrevo al menos a sospechar que los aliados conocían, mejor incluso que nosotros ahora, el currículo del señor Waldheim cuando lo eligieron secretario general de la ONU.

Ante mis ojos disminuiría muchísimo la distancia entre Dios y el periodista que se preguntase por qué se le eligió y a qué viene toda esta histérica e hipócrita reacción contra su persona.

3. Quiero expresar mi solidaridad con el pueblo austriaco, en virtud precisamente de un valor que su presidente, cuando era joven, no supo defender; creo firmemente en la autodeterminación de los pueblos-