Fallece el enfermo al que se le implantó un corazón artificial por primera vez en España

Fernando Bonifacio, el enfermo cardiaco a quien le fue implantado por primera vez en España un corazón artificial el pasado día 18, falleció a las dos de la tarde de ayer en el hospital de Sant Pau de Barcelona como consecuencia de las múltiples complicaciones orgánicas que le sobrevinieron por la mañana y que se sumaron a su delicado estado posoperatorio. Bonifacio, de 43 años de edad, recibió el pasado domingo un corazón humano, después de haber sobrevivido 72 horas conectado a un corazón artificial Jarvik 7.

El parte médico facilitado por el servicio de medicina intensiva del hospital informaba, poco después del óbito, que el paciente sufrió un "fallo multiorgánico, derivado de las complicaciones que se habían establecido en el curso del posoperatorio y que se habían agravado en las últimas 48 horas". En la mañana de ayer, Bonifacio presentó alteraciones en la coagulación y una insuficiencia cardiaca, problemas que, sumados a su estado de sepsia, provocaron su posterior fallecimiento.El enfermo ingresé en el centro hospitalario como consecuencia de una cardiopatía isquémica en fase terminal que padecía desde hacía tres años y que le había provocado, antes de ser intervenido quirúrgicamente, dos amagos de infarto de miocardio. Los especialistas del hospital Clínico de Barcelona indicaron que la única esperanza para el paciente era el trasplante, por lo que fue transferido inmediatamente a Sant Pau, que es el centro acreditado para realizar este tipo de operaciones en Cataluña. En este hospital se le practicó un primer trasplante el día 16 de febrero, pero el órgano que se le implantó empezó a presentar complicaciones y el equipo médico decidió que era mejor realizar un retrasplante (retirar un corazón trasplantado y colocar otro).

El Jarvik 7

Con anterioridad, ya se habían practicado en Sant Pau dos retrasplantes, pero en esta ocasión no fue posible por la falta de un corazón compatible. Ante este hecho, los doctores que atendían a Bonifacio decidieron conectarle al Jarvik 7 en espera de que apareciera un donante. El corazón artificial se utiliza siempre como puente de espera provisional entre dos operaciones y hasta el momento sus resultados son considerados excelentes. De los 81 enfermos de todo el mundo a quienes se ha implantado un corazón artificial, sólo han fallecido 20 mientras estaban conectados a este aparato.Tras pasar 72 horas con el Jarvik 7, el paciente sufrió la tercera operación en cinco días para recibir un órgano procedente de un hombre de 36 años que sufrió un accidente de circulación en Alicante. La operación, dirigida por los doctores Alejandro Arís y Josep Maria Caralps, se realizó en la madrugada del 21 de febrero y concluyó con éxito. El nuevo corazón funcionó correctamente.

Desde la última operación, Bonifacio permaneció ingresado en la unidad de cuidados intensivos en una situación estable, dentro de la gravedad, que sólo se veía complicada por una insuficiencia renal que obligaba a tratar con hemodialisis al enfermo. Sin embargo, el pasado miércoles se vio afectado por una infección, motivada por el debilitamiento del sistema inmunológico que le provocaban los inmunosupresores que ingería para evitar el rechazo. El doctor Arís declaró anteayer: "Hemos pasado del optimismo a la preocupación, pero no al pesimismo". Sin embargo, Bonifacio falleció ayer.