_
_
_
_

Terry Jones: "Las verdaderas perversiones no son sexuales"

Andrés Fernández Rubio

Detrás de este licenciado en literatura por Oxford y especialista, en el poeta británico Chaucer -sobre el que ha escrito un libro- se esconde un humorista con una visión saludablemente anárquica de la vida. Una de las películas que ha dirigido, La vida de Brian, protagonizada por el sarcástico grupo al que perteneció, Monty Phyton, ostenta el récord en España de permanencia de un filme en una sala: dos años y medio. Terry Jones presentó ayer, en un fino burdel de Madrid, su última película, Servicios muy personales, en la que se invita a no temer a las fantasías sexuales. "Las verdaderas perversiones no son las eróticas, sino las de los que fabrican armas atómicas", dice Jones.

En una casa de masajes (del Paseo de la Habana, Terry, Jones participó en una conferencia de prensa que reunió a periodistas y fotógrafos en una pequeña habitación llena de supuestamente lujuriosos almohadones y luces de neón. Dos chicas, una vestida de domadora de hombres y la otra de pícara camarera, salieron luego para posar con el director. Previamente, en una entrevista concedida a este periódico, Jones habló de la gestación del filme Servicios muy personales, estrenado ayer en España.Se trata de una recreación semibiográfica de la vida de Cynthia Payne, que cumplió en 1980 seis meses de cárcel por regentar un burdel. En 1987 fue acusada de nuevo por la misma causa, y absuelta entre los aplausos de los asistentes, que pensaban que las "fiestas con sexo" que organizaba la señora Payne no pasaban de ser unos divertimientos inocentes para liberar de sus pequeñas frustraciones a maduros caballeros del imperio británico.

En el cartel promocional del filme aparece un señor con bigote, encadenado, con unos zapatos de tacón y sujetador y bragas rojas; es azotado con una fusta por una mujer vestida de lencería fina de color negro. En el Reino Unido, según dice Jones, prohibieron el dibujo, alegando como excesivos los detalles de las cadenas y el látigo. Terry Jones se basa en pequeños detalles como éste para manifestar su temor a lo que está pasando en el Reino Unido, donde según su versión la política se ha degradado y se encuentra en manos de personas solamente motivadas por la ambición. "Mi país se está convirtiendo en un estado protofascista", dice.

Jones tiene 46 años y sorpren de su sentido de la autocrítica De hecho, afirma que se corivirtió en humorista -en 1969 for mó con otras cinco personas el grupo Monty Phyton- "por inseguridad personal". Sobre Servicios muy personales, su cuarta película, dice que simplemente se limitó a poner en imágenes el guión escrito por David Leland.

Héroe de guerra

Leland escribió su guión tras largas conversaciones con la señora Payne. Terry Jones lo leyó y le pareció bien, pero lo que realmente le motivó para dirigirlo fue el personaje de un héroe de guerra, que en el cénit de su vida se desinhibe "y comienza a vivir como quiere, sin prejuicios". El héroe con bigote se viste de odalisca, de camarera y de colegiala.El estreno del filme en Gran Bretaña, el pasado abril, había sido retrasado porque se estaba celebrando el juicio de Cynthia Payne. Meses antes, justo cuando Terry Jones filmaba la escena de la redada, policías reales habían entrado en una fiesta real organizada por la gobernanta. Terry Jones, que asistió a un par de esas fiestas, dice que las ha reflejada tal cual las vio: "era como hacer sexo en la casa de tus padres, o sea, algo muy poco sexy".

Jones no cree que ahora los jóvenes estén tan frustrados como esos casi ancianos que muestra la película. Lo ve por su hijo y su hija, de 11 y 13 años. "Antes, nosotros no hablábamos ni de condones; ahora, mis hijos se saben de memoria todos los puntos para prevenir el SIDA".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_