Cavaco asegura a Reagan que Portugal "ni reducirá ni cesará" la presencia militar de EE UU
Aníbal Cavaco Silva, primer ministro portugués, regresó ayer a Lisboa sin requerir a Ronald Reagan una renegociación formal del acuerdo sobre la base norteamericana de Lajes, en las Azores, y sin garantía de obtener más dólares a cambio del uso del territorio portugués por Estados Unidos. Cavaco, con mucha prudencia en su primera visita oficial a Washington, aseguró al presidente en la Casa Blanca que su Gobierno, a diferencia del español, al que no citó, "ni reducirá ni cesará" la presencia militar estadounidense en Portugal."No hemos recibido una solicitud formal de renegociación del acuerdo defensivo la situación de Portugal no es en absoluto comparable a la provocada por España" con su exigencia de retirada de los F-16, declaró, a preguntas de EL PAÍS, un alto cargo de la Administración de Ronald Reagan que asistió el miércoles al almuerzo de trabajo del presidente con el primer ministro luso. "No están hablando de ningún cambio de las misiones o la estructura" de nuestras fuerzas en Portugal, reiteró la fuente. Cavaco afirmó, tras su entrevista con Reagan, que "hemos dejado claro que las cosas no pueden seguir como están", y que su objetivo es crear un nuevo marco de relaciones con EE UU.
La estancia de 72 horas de Cavaco Silva en Washington pone de manifiesto que lo que, en el caso de España, era una cuestión política de soberanía, para Portugal es un problema de dinero suficiente para que EE UU siga utilizando, sin restricciones, la importante base de Lajes.
El primer ministro portugués trata de evitar una revisión formal del acuerdo sobre Lajes, que es válido hasta 1991. El plazo para solicitar una renegociación se abrió el pasado 4 de febrero. "Me gustaría mantener una opinión pública (con respecto a EE UU) diferente de la española", dijo Cavaco a The Washington Post antes de viajar a Washington. Cavaco Silva se limitó a afirmar, tras su entrevista con Reagan, que "solicitará consultas conforme está previsto en el acuerdo" defensivo que vincula a los dos países desde hace 37 años y que fue renovado en 1983.
Cavaco, que se ha entrevistado en Washington con los secretarios de Estado, George Shultz; de Defensa, Frank Carlucci y con el senador Edward Kennedy, resaltó, en presencia de Reagan, las "francas" divergencias existentes entre los dos gobiernos sobre la interpretación del acuerdo.
Portugal, cargado de razón, se queja de que el acuerdo de 1983 para renovar el uso de Lajes prometía a Lisboa más de 200 millones de dólares anuales (23.000 millones de pesetas) en ayuda militar y económica. Esto sólo se cumplió en el presupuesto de 1985, cuando Portugal recibió 207 millones. Posteriores reducciones han encogido esta cantidad a 117 millones de dólares para el año fiscal 1988.
La displicencia con que EE UU trata a Portugal queda reflejada en el hecho de que la Embajada norteamericana en Lisboa ha sido mantenida vacante durante casi un año.
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