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Un hombre que mató a su esposa asegura que "ella se lo ganó" y servirá de ejemplo

Rafael Guijarro Torres, de 64 años y jornalero de profesión, acusado de dar muerte a su esposa el 10 de mayo de 1987 en Villarta de San Juan (Ciudad Real), manifestó ayer en el curso de la vista oral: "Ella se lo ganó por llamarme cabrón, y esto debe tomarse como ejemplo por si hay alguna que hace lo mismo". El procesado añadió: "Un hombre no debe estar arrepentido de un hecho así, porque un hombre es un hombre, y una mujer, una mujer".Según las diligencias sumariales, Guijarro se encontraba merendando con su esposa y ésta le recriminó que se pusiera a ver la televisión y le insultó. Acto seguido, el marido cogió el astil de una azada y le dio siete golpes, tres de ellos mortales, según los forenses, en diversas partes del cuerpo. Posteriormente, colocó otro palo entre las piernas de su esposa, sin interesarle los genitales, "para que se hartara, porque cuando a uno le dicen cabrón, es que no tienen bastante".

Las tres hijas del matrimonio, que han roto sus relaciones con el padre tras el suceso, señalaron que nunca habían observado que hubiese problemas entre ellos en sus muchos años de matrimonio.

Los forenses indicaron en su informe que al procesado se le pueden imputar los hechos de los que se le acusa, aunque tiene un primitivo concepto del honor que pudo llevarle a un estado pasional extremo, y recalcaron que no podía hablarse de pérdida de conciencia, ya que no se arrepiente del delito cometido.

El fiscal pide 22 años de reclusión mayor por un delito de parricidio, y la defensa reclama la libre absolución, por entender que debe aplicarse la eximente de trastorno mental transitorio.

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