La frialdad de la corrección
Basada en la novela de Isabel Colegate The shooting party, publicada en 1980, Alan Bridges ha realizado el filme homónimo, cuyo principal soporte es un sólido guión, interpretado por unos no menos sólidos actores, prolongado en una esmerada puesta en escena, en una correcta recreación ambiental y en una cuidada y funcional fotografía, todo ello enmarcado en la notable tradición técnica del cine británico.La película, que ofrece la última aparición en la pantalla de James Mason -fallecido en julio de 1985-, con el pretexto de una cacería, reúne en la lujosa mansión de un terrateniente situada en la campiña inglesa a un grupo de aristócratas.
Situada en el otoño de 1913, mientras los protagonistas participan en los ritos ceremoniales y entretenimientos propios de su clase y de su época asistimos a una representación coral donde se entrecruzan las pasiones, se matizan las personalidades, se reflexiona sobre una época que acaba y se anuncia el nacimiento de otra era, que acabaría con la etiqueta tradicional y los valores del imperio y produciría el cambio de protagonismo social.
La cacería
Director: Alan Bridges. Guión: Julian Bond. Fotografía: Fred Tammes. Música: John Scoot. Productor: Geoffrey Reeve. Reino Unido, 1985. Intérpretes: Edward Fox, James Mason, Rupert Frazer, Judi Howker, John Gielgud, Gordon Jackson, Dorothy Tutin, Cheryl Campbel, Frank Windsor, Robert Hardy. Sala de estreno en Madrid: Bellas Artes.
Aunque una referencia remota pudiera ser La regla del juego, de Renoir, la visión de la película aleja su evocación.
Alan Bridges, que fue premiado en Cannes en 1973 por El equívoco, donde mostraba la relación de una joven arístócrata con su chófer, esgrime su buen pulso de realizador, pero sin conseguir que la reflexión histórica y la peripecia emocional de los personajes trascienda con hondura en el espectador.
Babelia
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