Animada banda

Uno de los valores de la formación barcelonesa La Vieille Dixieland es su capacidad de resolver, a veces cerca del patinazo, a veces en el claro acierto, la propuesta musical planteada, que no es tanto riguroso Dixieland, como un conjunto de clásicos de las dos primeras eras del jazz. Se interpreta Nueva Orleans -Saint Louis Blues-, pero todo se entiende desde el swing, o, más exactamente, de lo que pueda esperarse que se entiende por swing, es decir, el cliché.En La Vieille coexisten dos tradiciones, la de lo que una vez pudo ser swing y la de los grupos de animación de las fiestas mayores. Se desenvuelven en sus instrumentos, pero en su puesta escénica -Tuxedo, simpatía de baile en piscina y pasos que siguen al bombo- puede detectarse una tercera vía: el swing de fiesta mayor.

El contrabajista canta Ain't Misbehavin en catalán. El tenor no tiene problemas de solidez. El clarinete no parece muy buen clarinetista, pero cuando empuña el saxo alto revela todo el jazz que puede hacer. Es en sus intervenciones cuando La Vieille parece subir a un terreno menos movedizo que el de la orquesta de baile. Como tal, resultan y parecen saber llevar al público hacia la animación.