Hèléne Marchand

Hèléne Marchand se ocupa desde hace cinco años de los temas administrativos que hacen funcionar el resto de los trabajos, más cercanos a la fama, de investigación básica y asistencia diaria del Instituto Pasteur de París, que este año cumple un siglo de existencia. Marchand ha participado recientemente en Valencia en una semana científica en la que no ha faltado una referencia exhaustiva a los logros de esta institución y a su contribución a las ciencias médicas aplicadas en el siglo XX.

"Lo que menos importa es el significado que yo pueda tener en el Instituto", dice Hélène Marchand, nacida en París en 1939, doctora en Ciencias Políticas y con amplia experiencia administrativa dentro del ámbito de los organismos de investigación y ciencia de Francia. "Lo interesante es reflexionar sobre las aportaciones y descubrimientos que se han registrado desde la fundación". Quizá por estas y otras razones, Marchand, actual secretaria general del Instituto Pasteur, apenas se deja arrancar datos personales.La fecundidad de los conceptos y la investigación aplicada de Louis Pasteur (1822-1895) se manifestaron en campos tan variados como la industria, la agricultura, la ganadería, la medicina, la cirugía y la higiene. En las diferentes etapas productivas del investigador francés podemos encontrarnos con temas desarrollados por él tales como la disimetría molecular, fermentaciones, generación espontánea, estudios de los vinos, de la cerveza, enfermedades de los gusanos de seda, enfermedades infecciosas, vacunas y, sobre todo, profilaxis de la rabia.

Pasteur no sólo renovó la medicina", dice Marchand, "sino que también ayudó a resolver los misterios de los contagios infecciosos que tantos problemas causaban a la higiene social". Tras las huellas de los trabajos de Louis Pasteur, que han sido profundamente transformados por modernas técnicas, el Instituto, inaugurado el 4 de noviembre de 1888, dedica ahora casi todos sus recursos a la investigación de microbiología, biología del desarrollo e inmunología.

El Pasteur de París fue testigo, junto con otros centros, del descubrimiento del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), en 1983. Un año después un investigador de esta institución estableció la estructura genética del virus. En los últimos tiempos trae de cabeza a los científicos del Pasteur, que ha proporcionado ocho premios Nobel, la consecución de una vacuna eficaz contra la hepatitismo A no B.

A pesar de esta brillante historia científica, Hélène Marchand no pierde de vista los problemas administrativos del centro. "El Instituto ha conocido problemas financieros, aunque actualmente no son tan importantes como en ocasiones anteriores. La investigación cuesta cara porque requiere unos equipos humanos y materiales permanentes. Nosotros tenemos una asignación de fondos públicos del Gobierno francés de aproximadamente la mitad de nuestros gastos y la otra mitad la financiamos con nuestros propios recursos".

Fiel a su tradición de estudio de enfermedades contagiosas y epidémicas, el Instituto Pasteur ha extendido sus redes, con centros propios, a 19 puntos del mundo entero, especialmente de países con clima tropical. Además, existen otros ocho institutos asociados.